El país con el eje
torcido: la derecha lo traiciona y la centro
izquierda la suple
Cómo pagar la deuda odiosa
El Banco Central de la República
Argentina es el organismo rector del sistema
financiero de la Argentina, encargado de
la política monetaria del país.
Su anterior presidente, Martín Redrado,
no quiso usar los fondos del Bicentenario
para pagar la deuda externa. Luego de ese
conflicto, con fallo judicial de por medio,
tuvo que irse. La nueva presidenta, Mercedes
Marcó del Pont, pretendía,
alineada con el ejecutivo nacional, hacer
el pago ante lo que senadores de la oposición
sacaron en tiempo record un dictamen con
la intención de que se vaya.
La presidenta de la Nación, Cristina
Fernández, en un discurso transmitido
por cadena nacional ratificó la decisión
de pagar la deuda con reservas y hasta se
animó a desafiar los fallos judiciales
en su contra por este tema. “Tengo
que pagar la deuda y voy a hacerlo”,
afirmó.
Un quilombo grande…
mejor vayamos por pasos para tratar de entender
por qué, inmersos en un mundo con
tribunales internacionales, al país
-salvo que se haga una revolución-
le conviene pagar esa deuda injusta con
los ahorros.
Uno de los argumentos principales es que
si el Poder Ejecutivo queda impedido de
pagar a los acreedores externos con reservas,
como se ha hecho siempre, los caminos opcionales
que quedarían abiertos serían
escabrosos: pedir fondos al exterior a intereses
usurarios, ir a un nuevo default o usar
recursos del presupuesto, lo que obligaría
a su vez a recortar el gasto social.
Ante esa tremenda situación
la presidenta Cristina Fernández
desafió a la oposición a que
“nos digan cómo pagar la deuda”
si no es con fondos del Central, “sin
bajar las jubilaciones ni destruir empleo”.
“Tal vez quieran que dejemos gente
en la calle o haya descuentos de salarios,
como hicieron ellos en 2001” sugirió
recordándonos sobre cómo le
fue al país siguiendo las recetas
del equipo contrario.
En una nota titulada “El
lado oculto de las reservas”, el economista
Walter Graziano, de Ámbito Financiero
explica por qué hasta la oposición
genuina está equivocada. Sostiene
que los acreedores hoy están disfrazados
de opositores comunes y utilizan “a
una vasta mayoría de los genuinos
opositores que hacen el lamentable papel
de «idiotas útiles» a
esta maniobra”.
Propone un juego de imaginación:
¿qué pasaría con el
cambio si un buen día el Tesoro saliera
a comprar unos quinientos millones de dólares
para pagar un bono? Y remata: “Es
por eso que siempre se pagó, se paga,
y se pagará... con las reservas”.
Además explica
que “atado al tema del pago de la
deuda está -y no por casualidad-
el tema del canje del remanente de la deuda,
o sea, el paso que falta para normalizar
del todo las relaciones económicas
y financieras con el resto del mundo. El
Gobierno desea que el canje de títulos
de deuda se efectúe de manera ventajosa
para el país, o sea que quienes tienen
títulos de deuda impagos de la Argentina
los canjeen por títulos nuevos con
una quita nunca menor del 65%, que recibieron
los bonos que se canjearon en 2005. Por
lo contrario, quienes fogonean la idea de
cuidar las reservas a cualquier costo, lo
que quieren es que 2010 y 2011 pasen lo
más rápido posible, que el
canje naufrague o no se haga, que el Banco
Central acumule más y más
reservas, sea mediante la compra de los
excedentes de las exportaciones sobre las
importaciones o sea impidiendo cualquier
giro al Tesoro para que éste pague
su deuda”. Esta maniobra de estudios
jurídicos y consultoras de cipayos
beneficia claramente a los fondos buitre
“y a muchos que han comprado papeles
de deuda argentina por centavos y perjudicaría
seriamente al país”.
Por ende, tanto a la genuina
oposición como al gobierno les conviene
lo mismo en lo referente a este tema. Renegociar
bien y achicar la deuda lo más posible.
Por eso el economista de Ámbito remata:
“es imprescindible que la oposición
comprenda que está siendo utilizada
y manipulada por un reducido núcleo
de argentinos que están operando
y maniobrando hábilmente contra la
Argentina, a favor de especula-dores externos
que compraron deuda por centavos y de fondos
buitre”.
Rafael Sabini
[email protected]r
Revista El Abasto, n° 118, marzo, 2010.