Anoche nuevamente la Casona Cultural Humahuaca fue el epicentro de una movida inédita, al menos para nosotros, y tal vez nuevamente bisagra por y para el barrio que queremos. Pienso en aquella reunión en el año 2000 cuando presentamos el proyecto del Mapabasto (puntapié para trabajos en red por la zona) a los distintos actores sociales y culturales justamente en ese mágico espacio. Es que Daniel Filmus se reunió a charlar con exponentes de las redes locales: instituciones, espacios culturales y de salud, ONGs y otros exponentes de la alternatividad de nuestra zona. En un diálogo agradable, con un clima amistoso logró seguro algo de su cometido: hoy más que nunca estoy convencido de que desde su espacio viene el cambio que nuestra ciudad necesita.

Pero como decía Jack, vayamos por partes. La cita era para las 19 y pasada la media hora de ese momento comenzamos con el evento… sin Filmus… que para ese entonces estaba saliendo de la Feria del Libro.  Nos fuimos presentando las seis decenas de personas que estábamos ahí, partiendo del anfitrión, Guille, que comenzó con la historia del Mapabasto, pasando por su hermano, Ricardo, que auspició de nexo. Leandro, uno de los asistentes de Daniel se presentó luego de una larga ronda donde cada cual además de presentarse expuso problemas, soluciones, historias, anécdotas, etcétera.

Hablamos desde las redes Cultura Abasto y RIOBA (Red de Instituciones de Once Balvanera y Abasto/Almagro) a través de representantes de espacios como Fray Mocho, La Vereda, distintas áreas de la misma Casona, vecinos del Corte Cachengue (ex Milonga Humahuaca), Cujuca (Cumbre de Juegos Callejeros), Juegoteca Abasto, Fuerza Abasto, Cesac (Centro de Salud) Nº 11 y disculpen, porque seguro me olvido alguno. Y participaron Baldosas X la Memoria, Almagro, representantes del EDE (Encuentro por la Democracia y la Equidad) local, Comunarte, del Espacio Analítico, Negros de Mierda, Las Del Abasto, más otros artistas, vecinos y personas de la cultura y laburantes de la salud. Presente dijo también FM La Tribu y desde Vaca Bonsai no solamente cubrieron audiovisualmente, sino que también sus videos auspiciaron de presentadores a través de sus excelentes cortos.

Cuando Filmus estaba arribando, ahora de la Universidad de Palermo, habían pasado ya un par de horas de nuestro encuentro por lo que habíamos llegado al punto culminante de cuestionar al mismísimo centro de comercio, luego de haber tratado problemáticas como la habitacional, de exclusión, “de familias desarraigadas y chicos desatados”; y se plantearon problemas en los sistemas de salud, especialmente comunitaria y también mental. Se disparó el cambio que sufrió el barrio con el shopping, tanto en el plano inmobiliario y edilicio con sus repercusiones en torres que tapan el sol a cuestiones sociales. Frente a esto el trabajo de las organizaciones gira entorno de “recuperar la alegría perdida”. Y los problemas que sufren tanto los espacios culturales como los de salud al momento de tramitar habilitaciones. También se discutió sobre los impedimentos y seguros para ocupar la calle festivamente y la importancia política que ese hecho encierra.

Filmus llegó silencioso, se sentó y propuso escuchar. Se pasó un corto de presentación de RIOBA y luego esperábamos una respuesta, acostumbrados a políticos que toman la palabra. Pero nos sorprendimos, prefirió hablar poco y escuchar nuestras inquietudes por lo que continuamos hablando.

Lo que dijo Filmus fue muy claro. Se necesitan votos para ganar políticamente la administración de la ciudad, desde ahí se harán cambios que estarán en consonancia con lo que se viene haciendo desde el Gobierno de la Nación. Confió en que ayudaríamos a convencer para ganar votos. Y se disculpó con la llegada tarde, lo que pasó, dijo, es que en la UP tuvo que trabajar argumentativamente con gente que no necesariamente está ganada. Y contó que les había insistido en que su planteo es “la perspectiva de todos”, proponiendo una política donde todos ganamos. Que lo incluyente no excluye a los que ya están dentro. Ilustró con un mingitorio más bajo para niños o enanos al lado de otros más altos, “¿por qué no pueden ser todos bajos, si eso no perjudica a nadie?”, preguntó. Lo mismo con “las veredas; que estén lisas y prolijas ayuda al que le cuesta caminar o anda en silla de ruedas, pero beneficia también al que camina normalmente”. Igual con la salud, con la educación, etcétera., si hay buena pública no perjudica al que abona privada, como mucho podrá optar por pasarse para ahorrase unos pesos. En ese planteo, y estas son palabras mías, los únicos que realmente podrían verse momentáneamente perjudicados son los que hacen de los derechos básicos un negocio, pero tranquilamente pueden adaptar sus inversiones a un nuevo sistema más justo e incluyente. De más está decir que esa actitud hasta beneficiaría temas como la inseguridad.

Volviendo a Filmus agrego que cuestionó que las ONGs estén cargando con tantas cosas que el estado debería estar resolviendo. Luego de un planteo donde alguien cuestionó los 100 días de campaña, porque nunca hay que bajar los brazos, otros explicaron que Filmus nunca los bajó luego de las últimas elecciones, siguió de senador. Incluso hubo un jefe de distrito escolar que elogió su función pública cuando estuvo en Educación porteña. Otros contaron de su renacido interés por la militancia gracias a los cambios que viene llevando a cabo el kirchnerismo: ley de medios, asignación por hijos, puja por las retenciones, marcado de cancha con los militares, limpieza de la Federal, matrimonio igualitario, etcétera. Daniel dijo que aún no se sabía si la estrategia de tres candidatos del Frente para la Victoria era buena, pero que cualquiera de ellos que asumiera llevaría a cabo la política consecuentemente con el proceso nacional y ejemplificó con los logros de Tomada en el Ministerio de Trabajo. Luego comentó un cuento de Dolina donde un jugador de fútbol amateur que elije “entre pan y queso” decide en un momento dado ya no elegir a los más rápidos o más hábiles con la pelota, sino a los más compañeros, porque juntos hace un mejor equipo. Y juntos tanto la victoria como la derrota tienen otro sabor.

Cerramos esta crónica con un acuerdo explícito de volver a hacer un encuentro por el estilo en un par de años. Esperemos que para ese entonces sea con el jefe de Gobierno porteño ¿y por qué no, en la calle, en un Corte Cachengue con muchos vecinos más? Y que después haya choripán y vino, pero no de arriba, que sea accesible y que el que quiera lo pueda pagar.

Rafael Sabini