"No hay clase porque a veces nos portamos mal"

La frase del título alude a las palabras de mi hija de seis años, que fue rebotada hoy junto con todos los otros chicos de un jardín del Distrito Escolar 2 al pretender ingresar como todos los días, cuando a último mo
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Pero vayamos por parte. Anoche, en la Legislatura porteña, fue sancionada la ley que reemplaza a las actuales quince Juntas de Clasificación Docente. Tras un debate de cuatro horas a la madrugada, la votación, resultó con 30 votos a favor de la reforma, 27 en contra y 3 abstenciones. La medida se efectivizará a partir del año 2013. Mientras se votaba, en la calle reinaba el descontrol y la violencia.

Los docentes más críticos están muy disconformes con la nueva ley y la llaman “del dedo” porque opinan que desde el jefe de gobierno pondrán a voluntad los ascensos que quieran. La realidad es que actualmente los 17 gremios docentes tienen participación en las 14 Juntas de Clasificación. La reforma implica que el ejecutivo tendrá participación, pero no absoluta como sostienen los maestros que no leyeron la propuesta de ley. Y es verdad que los gremios pierden un poquito de poder. También es verdad que está bueno no trabajar y hasta, para algunos, sentirse antimacrista. Personalmente creo que lo que realmente molestó a los gremios es que no se haya consultado con ellos antes de, desde el ejecutivo, proponer una reforma de ley.

El método de protesta empleado viene siendo la huelga, en dos meses ya nos comimos unos seis paros. El gremio Ademys había parado este miércoles, ayer pararon los 17 y hoy volvió a parar Ademys y con apoyo de otros sectores docentes.

Cuando hoy a la mañana plantearon su impulsiva actitud en el jardín al que asiste mi hija menor, luego de haber decidido dejar a los chicos nuevamente sin clase, se mezclaban los argumentos con temas relacionados como “ya nos descontaron mil pesos por los paros realizados”, lo que el método deductivo traduce en “ya que nos descuentan, no trabajamos”, en lugar de pelear el derecho a huelga desde otro lugar. Las directivas explicaban que el paro es un derecho democrático mientras sostenían no adherirse al paro del día. Sin embargo, no se hacían cargo de los chicos...

No tuvieron modo de argumentar el planteo de una madre que sostenía que con su actitud estaban fomentando la privatización de la enseñanza, porque hoy, con tantos paros, más de un padre obligado a trabajar lo viene cotejando con seriedad. Encima les dijimos que la adhesión al paro de hoy pareciera sumar apoyo al descontrol de la noche anterior, como defendiendo la postura de las barras que se dedicaron a golpear a diestra y siniestra, cuando es más que obvio que poco tenían que ver con sus colegas sino más bien parecían, con su actitud, propiciar un campo fértil para concretar la nueva ley.

Soy un convencido de que los más perjudicados somos los padres de los niños que asisten a la escuela pública. Pero con la reflexión espontánea de mi hija debo confesar que Mauricio Macri no estaba tan equivocado cuando sostenía que tanto paro perjudica a los niños...

Rafael Sabini

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