Bipolaridad: la herencia de Perón

En un intento por desgranar la esencia del conflicto entre el gremio que lidera Moyano y la presidencia de la Nación arribamos, en una nota de opinión, a que no se discute tanto por lo que se abandera sino por cosas que poco se mencionaro
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En junio vivimos un brote en la tensión entre la CGT que lidera Hugo Moyano y el gobierno nacional. Un paro por parte de los camioneros, una conciliación laboral de emergencia acordando una suba que no cubre la inflación, un discurso enojado por cadena Nacional de nuestra presidenta, Cristina Fernández, y un paro con movilización a la Plaza de Mayo por parte de los camioneros.

Se dijeron muchas cosas: que "no la quiere por mujer", que "no lo quiere por negro" y con más vuelo por Internet circularon muchas cosas más (como quien tira la piedra y oculta la mano): que "Moyano se vendió", que "mirá con quién anda" (la defensora de los genocidas Pando, que los latifundistas, que los neoliberales del PRO, etc.) y "mirá  qué hizo" (supuesto arreglo de joven con la Triple A. Casualidad, saltó ahora y no cuando eran aliados). O que "ella quiere manejar todo como una dictadora". La realidad es que Moyano maneja un gremio fuerte y ella está en el sillón de Rivadavia con el 54% de los votos. En fin, mucho se ha dicho y poco importa. Intentemos desgranar un poco el problema...

El reclamo por parte del sindicato no parece demasiado desacertado: que no descuenten impuesto a las ganancias a sueldos que pasan los cinco mil y pico de pesos. Que el derecho a todos los trabajadores a acceder a la asignación por hijo. Como fuere, los trabajadores tenemos derecho democrático a parar como medida de fuerza.

Y Cristina culpando un levantamiento en Chubut por el accidente que le quitó la vida nueve gendarmes. (Una triste historia, pero fue un accidente de ruta, ¿lo lógico no sería culpar la conciencia de tránsito, la empresa de los coches o al chofer? O a nadie, ¡un accidente es un accidente! ¡Es como culpar a Coto porque cuando voy a comprar me resbalo en la vereda a cinco cuadras del lugar y me lastimo la rodilla! No es un planteo muy racional.) Y luego que quita la custodia policial ante la marcha (salvo al Palacio) “porque los escupen e insultan”. Cómo, ¿el trabajo de policía no incluye controlar una marcha? ¿Será que hay presiones de algún tipo, de algún sector de los uniformados para que ella se preocupe tánto? Hmmm, da como cosita, ¿no? Lo bueno es que se demostró que se puede marchar y con o sin policías, que muchas veces eso poco importa.

Menos racional aún es la postura extremista desde la presidencia, y sus seguidores, ¡de no tolerar que nadie les cuestione nada! ¿¡Por qué en lugar de ir al choque, y multar a los huelguistas, no se acepta el reclamo y ya!? La verdad es que la inflación ha hecho que un sueldo de cinco u ocho lucas no sea demasiado hoy por hoy. Tal vez sea hora de mover esa “barrera”. La consigna “el sueldo no es ganancia” pienso que es válida cuando se habla de sueldos populares, pero ¡un sueldo de cincuenta lucas por mes sí incluye ganancia! (que fue el ejemplo de “el compañero” al leer un recibo en la Plaza).

Creo que no es que Cristina sea tonta, ni que Moyano lo sea. Pienso que se discuten otras cosas. Por un lado se está midiendo fuerza a ver quién conduce a la CGT, con el posible resultado de pronto verla dividida en tres partes a la que le tendremos que sumar la CTA ya partida... ¿Y quién se beneficiará con sindicatos débiles? Fácil: los empresarios. Si es lo que buscan lo están logrando bien...

Pero la conducción de la CGT no es lo único que se negocia.

Moyano dijo claramente: “ya vinieron por las jubilaciones, ahora vienen por las obras sociales”. Repasemos: las jubilaciones fueron un robo a los laburantes, casi toda esa guita quedó perdida en fondos buitres que no veremos nunca más. Durante años Menem nos dio libertad de elegir: ¡elegir quién nos iba a robar! Aplaudo esa acción de haber recuperado para todos nuestros fondos de jubilados que por otro lado le permitió ir subiéndole los ingresos a los que no están activos. Sí, falta, aún son bajas las jubilaciones, la mínima es bajísima, una vergüenza, ¡pero con las AFJP la cosa era aún peor! “Ahora vienen por las obras sociales”... ¡ahí aprieta el zapato! ¡Todo el despliegue fue por eso! Los sindicatos no quieren largar el curro de las obras sociales. Que muchas veces son otra estafa. Tercerizan, cambian de alianzas y por ende de profesionales como de zapatos para así nuevamente, y en otro lugar, te atiendan mal. Y cobrar, eso sí, religiosamente por recibo de sueldo. En algunos casos estás “atado” a ellas y si querés algo que funcione bien tenés que pagar aparte manteniendo la original. La que solo es un curro y otra más, que funcione. Claro que la desregulación ha hecho que algunas han mejorado y compiten en precio. Pero la verdad es que la salud no puede ser un negocio. Todos tenemos que estar protegidos y cuidados en nuestra salud.

Si el estado se compromete a brindar salud como corresponde, no implica que tengan que cerrar las clínicas de las obras sociales que hoy funcionan. Simplemente implica que los fondos pasan por otros caminos. Y lo más doloroso para algunos: no pasan por sus manos.

R.S.

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