Inseguridad;
justicia y posibilidades
o muros
En
el marco de inseguridad,
muy instalado por los multimedios
-donde hay fuertes campañas
continuas que piden más
policías y condenas
más duras, y donde,
en medio del dolor de los
familiares y víctimas
de delitos violentos, el
gobernador de la Provincia,
Daniel Scioli, se aúna
con el discurso de Blumberg
pretendiendo que la solución
está en bajar la
edad de imputabilidad de
los chicos para que vayan
presos- el jefe de Gobierno
porteño, Mauricio
Macri, insiste con su policía
propia.
Pero
en ese marco de desamparo
por momentos se olvida el
origen fundamental de este
estado de violencia. Pongamos
las cosas en orden. Primero,
la gran cantidad de desocupados
y luego, el saqueo a los
trabajadores -activos, pasivos
e independientes- con ingresos
miserables creando un clima
terrible de incertidumbre
e inseguridad económica
absoluta; entonces se pretende
mano más dura con
sus hijos. Eso nos recuerda
a la Ley de Residencia (o
Ley Cané) de 1902
y su posterior Ley 10.903
(diecisiete años
después) que tenemos
entendido fue la primera
ley represiva de menores
sancionada en Latinoamérica.
Hablan
de “delincuentes menores
de edad”, pareciera
un análisis muy complicado
pensar en chicos a quienes
se les ha robado su infancia
y posibilidades para su
futuro.
En este contexto de capitalismo
salvaje, inescrupuloso y
desmedido, donde los ricos
son cada vez más
ricos y los pobres cada
vez más pobres; y
lo que es peor, donde los
ricos se hicieron aún
más ricos por haber
hecho pública su
deuda privada, en ese mismo
contexto, uno de los integrantes
de las familias beneficiadas
por ese extraño canje
de Cavallo, el jefe de Gobierno
porteño, insiste
con su policía propia.
Más o menos como
un niño que pretende
un Power Ranger. Aunque
el accionar del juguete
repercutirá de manera
más significativa
sobre la sociedad.
Como
no le aceptaron el pretendido
traspaso de la Policía
Federal, con sus fondos
correspondientes, ha tomado
la decisión de crear
su propia fuerza con fondos
porteños. Y Macri
expresó en conferencia
de prensa su “satisfacción”
por el nacimiento de la
fuerza de seguridad propia
donde ya el 15 de noviembre
hay una convocatoria para
los efectivos que rondarán
las calles porteñas.
En la misma charla el ministro
de Justicia y Seguridad,
Guillermo Montenegro prometió
“una policía
de proximidad y respuesta
rápida al vecino,
con alto entrenamiento y
con muy buen equipamiento
tecnológico”.
Es de suponer que los docentes
de “alto entrenamiento”
no recibirán el mismo
trato y moneda que el resto
de los docentes porteños…
Quiero
insistir en el terrible
hecho de pretender encarcelar
a niños que cometen
crímenes, sabiendo
además que las cárceles
son escuelas de criminales.
Hoy podrían bajar
la edad para imputarlos
a catorce o quince años.
Mañana las mafias
se amoldarán y mandarán
a pibes de diez o doce años
a cometer los crímenes.
Luego serán los de
siete u ocho. ¿Hasta
dónde pretenden llegar
con esto? ¿Cárcel
preventiva a todo hijo de
pobre?
En
esto debo aplaudir a la
presidenta Cristina Fernández
que aseguró que los
pilares de una sociedad
son la salud, la educación
y la seguridad, pero que
“no se combate la
inseguridad con leyes más
terribles y más duras”.
Rafael
Sabini
[email protected]
Revista El
Abasto, n° 104, noviembre,
2008.