Gardel
de bronce y su fin mundano
El
trabajo de un artista es
una cuestión subjetiva;
atraviesa internamente al
sujeto. Esto desde luego
no quita que cada uno tenga
su opinión sobre
la obra en sí, especialmente
si es un retrato de un ser
muy apreciado. La crítica
objetiva, no la destructiva:
construye, es parte de la
creación. El artista
no está obligado
a defender su obra, pero
es el más indicado
para explicar el porqué
de algunas cosas y si está
satisfecho con la obra en
cuestión.
En este número tenemos
el honor de presentarles
al polémico creador
del nuevo Gardel de bronce
que posa ante nosotros en
el barrio; se trata de Mariano
Pagés. Artista con
una indiscutible trayectoria
y especial sensibilidad
humana. No es que uno deba
cambiar de opinión
ante esta obra, simplemente
darle otra posibilidad.
No hay nada más común
que una actitud expandida
de repudio ante ciertas
obras figurativas de grandes
hombres y mujeres. Pasó
con algunas imágenes
de Evita, del Che en Cuba
o del mismo Gardel en otros
casos. Sin embargo, reconozco,
me cuesta reconocer a Gardel
en esta obra. Es un proyecto
muy ambicioso que intenta
captar todo Gardel, sin
fijarlo en un momento de
su vida. ¿Este objetivo
se ha logrado?
A continuación seguiremos
profundizando en el más
grande ídolo del
barrio, conmemorando su
trágica ida mundana
y surgimiento como inmortal
en un mes tan especial como
éste. Desde luego
los temas son más
y espero que las ganas de
leerlos también.
¡Que lo disfruten!
el editor
Revista
El Abasto n° 13, junio
2000.