Alta posicionamiento en buscadores y directorios Abasto

 

            

Agregar a Favoritos | Buscar | Preguntas | Mapa del sitio | Contactar |

INICIO HEMEROTECA CARTELERA LINKS CONTACTO BUSCAR


 


 


 

En los ´60 se presagiaba el fin del arte, no obstante continúa vivo y a simple vista más libre que nunca, pero con un objetivo impreciso. En un país devastado, plagado de corrupción y dependiente como la Argentina de hoy: ¿qué sentido tiene el arte?

Ricardo Celma

En la segunda mitad del siglo veinte, más que plantearse el fin o la muerte del arte, se planteó un verdadero suicidio de las artes plásticas, ya que fueron los mismos artistas quienes abandonaron las técnicas pictóricas y desmaterializaron las obras de arte, y el resultado fue el alejamiento progresivo de la gente respecto a las artes visuales, ya que no había un nexo, ni un lenguaje que permitiera a un neófito disfrutar de una pintura o de una escultura; es por esta soberbia, y por haber sido usada como carne de cañón de cuanto critico experimental hubo, que las artes estuvieron al borde del suicidio.
En este momento los artistas tenemos que optar por el camino fácil de seguir el juego de la crítica de arte, o comprometerse con la técnica y la investigación, con nuestro medio y con nosotros mismos y resucitar las bases de las artes, así después de décadas de repeticiones constantes surge una serie de pintores y escultores preocupados por la investigación de las técnicas clásicas y el compromiso con lo contemporáneo, como Antonio López, Muñoz Vera, J. A Marchi, A. Boim, R. Mantegani etc...
En un país como el nuestro la apuesta y el compromiso debe ser doble, ya que no nos ayuda la tradición, ni la historia ni las instituciones. El artista lucha contra sus propias debilidades y las ajenas, por eso la investigación debe ser orientada a captar una técnica casi perdida y ponerla al servicio del compromiso social.
Estamos viviendo momentos difíciles, de luces barrocas, de contrastes duros y miradas perdidas, el arte debe ser una vía de escape a la mediocridad, debe ser ventana de salida y una forma utópica de ver el mundo y debe reflejar la realidad, aunque sea una realidad imposible de creer, o sea irreal.

Revista El Abasto n° 38, septiembre 2002.

 
 

 
 
 

 

 

 

 

 

Copyright www.revistaelabasto.com.ar - Mientras mencione la fuente permitimos su reproducción.