En los
´60 se presagiaba
el fin del arte, no obstante
continúa vivo y a
simple vista más
libre que nunca, pero con
un objetivo impreciso. En
un país devastado,
plagado de corrupción
y dependiente como la Argentina
de hoy: ¿qué
sentido tiene el arte?
Víctor Chab
Entiendo
muy bien la pregunta, pero
esto no se puede contestar
en tan poco espacio. Es
una pregunta trascendente.
El fin del arte en el momento
que está viviendo
el país; uno diría
que ninguno, porque lo fundamental
es que la gente no se muera
de hambre. Entonces, ¿qué
papel tiene lo que uno hace
como arte, la gente que
hace cine, que escribe poesía,
los que pintamos, qué
sentido tiene si la gente
se está muriendo
de hambre? Lo fundamental
es que la gente no se muera
de hambre, y el artista
puede aportar apenas. Es
el país, todos en
conjunto que deben cambiar
el país para que
no haya hambre y muerte
por enfermedades evitables,
que no deberían haber
en un país que se
aprecie como tal.
Por otra parte, el arte
está en su mejor
momento, vemos lo que está
pasando con el cine, el
teatro, el arte en general,
la plástica dentro
de la cual yo estoy inscripto.
La pregunta es compleja.
Uno mismo se lo pregunta
y mucha gente se lo preguntó
en muchos otros momentos
también. En la época
de la Shoa nazi, la gente
se preguntaba que sentido
tiene que continuemos creando,
los escritores, los grandes
poetas, los grandes músicos;
qué sentido tiene
cuando hay campos de concentración,
de exterminio, etcétera.
Sin embargo, si el arte
desaparece no mejoraría
la situación entre
los desposeídos,
los pobres, entre los que
mueren de hambre, etcétera.
El arte es siempre por último
un alivio y es un sentido
de vida que continúa.
De alguna manera no repara
pero levanta el espíritu.
Es un sinónimo de
vida que debe continuar
y que continuó siempre
en lugares con naturaleza
similar a la que padecemos
en este país.
Por otro lado colaboramos
con lo que podemos. Cuando
el arte se pone al servicio
de la política siempre
resultan engendros espantosos.
Por supuesto que las ideas
de Walsh son impor-tantes,
pero eso no es arte. Por
otro lado cuando los artistas
llegan a lugares donde la
gente está por debajo
de la línea de pobreza
se alegran de recibir por
lo menos ese soplo de vida
que justamente el arte les
insufla con su producción.
Revista
El Abasto n° 38, septiembre
2002.