Don Enrique
Roberto
Monja cuenta: “Don
Enrique era el padre de
Carlos Fischman, quien fue
mi amigo y socio durante
muchos años. El padre
arreglaba, en Lavalle 3009,
calentadores, arreglaba
los tachos de zinc, por
ejemplo a La Viña
del Abasto, y otras cosas.
Era una leyenda en el barrio.
Murió en los setenta,
tenía 92 años.
Cuando, yo empecé
a laburar con Carlos el
viejo iba y se sentaba,
pero ya no laburaba. A mis
17 o 18 y 27 o 28 de Carlos
organizábamos bailes
en Pringles 654 en el salón
Los Bastos que alquilábamos
los sábados, era
una linda época.
Yo laburaba en Vialidad
Nacional y changueaba con
él en electricidad.
En cerrajería estaba
Esteban Álvarez,
un misionero que sabe mucho
del tema. Un día
Esteban, también
un amigo, se iba a ir con
Raúl a abrir un negocio
en Vicente López
donde iba a ganar muy bien.
Así que los últimos
seis meses yo salía
con él a laburar
y aprendí el oficio.
Te hablo del ´77 más
o menos. Después
en el ´78 empecé
a trabajar sábados,
domingos y feriados en vialidad
y pude dedicarle más
a la cerrajería.
En ese entonces Carlos era
el dueño.
Yo después me fui
y abrí un negocio
propio en la calle Cucha
Cucha. Logré tener
cuatro millones de pesos
cuando cerré, en
el ´82. Carlos también
había cerrado y trabajaba
desde la casa que alquilábamos
a medias (alquilábamos
una casa entre varios, siete
u ocho vagos, que comíamos
juntos todos los viernes).
Cuando yo cierro él
estaba sin local, debía
impuestos y debía
a proveedores, pero le quedaba
algo de mercadería.
Además teníamos
clientela. Yo puse guita,
él mercadería
y alquilamos en Anchorena
650. Ahí trabajamos
hasta que nos mudamos a
Anchorena 609 en el ´91.
Y acá, a Lavalle
2991, vinimos en el ´96.
Carlos falleció en
el 2000 y yo le compré
la parte a sus hijos.
Hubo mejores momentos, en
una época colocábamos
un cerrojo Trabex y con
la guita nos íbamos
un fin de semana a Las Toninas.
Ahora no te alcanza ni para
el pasaje.
R.S.
Foto: La más antigua
que encontró Roberto.
De Anchorena 660, año
´84.
Revista El Abasto, n°
39, octubre 2002.