Brukman
A pocas
cuadras del barrio, en Jujuy
al 500 se encuentra la fábrica
textil Brukman, hoy tomada
por los trabajadores. Tuvimos
una charla con una delegada
salteña que trabajó
en terminación de
pantalones como cinco años,
y cuenta cómo luego
de la toma fue aprendiendo
otras funciones.
¿Qué pasó?
“A fines del año
pasado comenzaron a pagar
muy poco, cinco pesos por
viernes. Y nos pedían
más trabajos para
salir a flote. El colmo
fue un viernes que nos dieron
dos pesos”. Los patrones
venían intentando
achicar los horarios. Los
delegados del sindicato
no pesaban mucho. “Salvo
uno que era nuevo, pero
que lo discriminaban por
ser boliviano. Él
era más decidido
y honesto. Se identificaba
con lo que nosotros pensábamos”.
Nos cuenta que primero se
manejaron con fondos de
huelga. Ahora los que salen
a vender son los que elige
la asamblea de la fábrica.
Con los proveedores no tienen
problema, “entendieron
nuestra situación,
pero hay que pagarles en
efectivo”.
En la toma policial, hace
un par de semanas, les pidieron
documentos a todos, a los
que detuvieron les abrieron
causas por usurpación
y toquetearon algunas máquinas,
cuenta.
¿Porqué no
constituyen una cooperativa
siguiendo una alternativa
más legal?
“Tenemos compañeros
que vinieron del Perú,
donde cooperativizaron todo
y descubrieron que no era
una salida. En un año
y medio se pusieron a competir
y todos se devoraban entre
sí. Hay cooperativas
que no están tan
bien. Hacer algo por una
simple forma legal nos parece
absurdo. Por eso queremos
estatizar con control obrero.
Pensamos que esto puede
mejorar y que podría
entrar gente nueva, gente
que ha trabajado acá
antes.”
¿Alguna palanca por
ser de algún partido
político?
Acá los partidos
vienen, y dan sus ideas.
Pero la decisión
se toma por asamblea.
R.S.
Revista
El Abasto n° 41, diciembre
2002.