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Entrevista con Eduardo Murúa, uno de los principales promotores del Movimiento de Empresas Recuperadas

Tomar lo que es de uno

El objetivo de la organizacióin es buscar la sanción legal para proteger esta modalidad de trabajo autogestionario. Murúa ayudó a los trabajadores del IMPA, Industrias Metalúrgicas y Plásticas de Argentina (Almagro, en Querandíes y Pringles), a reestructurarse como cooperativa y fomentó el centro cultural. De algún modo esto hacía la lucha más extensa, “no quedaba ya sólo entre los trabajadores”. Además la fábrica serviría así como una “fábrica de ideas”. Respecto al IMPA nos contó que en el último mes ingresaron unos diez trabajadores nuevos, compañeros que habían sido despedidos antes de la toma, ya son ciento cuarenta y siete.
    Con la toma de la Clínica La Portuguesa (v. nota p. 13) los asambleístas, los llamaron y Murúa pronostica: “la clínica va a ser la obra social de las empresas recuperadas y va a tener un servicio médico asistencial para el barrio y la comunidad en general”.
    Hoy, de las más o menos 120 fábricas recuperadas alrededor de 70 pertenecen al MNER. “Una de las cuestiones básicas”, cuenta, “es la solidaridad entre recuperados de ese modo se puede llevar a cabo una transmisión de experiencia para los próximos compañeros. Es una nueva forma de lucha.”

¿Cómo responden las autoridades?
“El Gobierno de la Ciudad hace únicamente lo mínimo de lo que debe hacer. Hoy peleamos por un fondo de capital inicial.” Con esto se refiere a un empujón –en forma de préstamo- como para poner la fábrica en marcha. Y respecto a la legislatura insiste que hay que pelearla para que salgan las leyes que favorezcan a los trabajadores que no se resignan a perder su fuente de trabajo .
“La ley y la policía están en contra. [...] La Ley de Quiebras dice que la patronal te tiene que liquidar y desocupar el lugar, si te resistes te acusan de usurpación.” Pero el obrero sabe que si se va nunca más ve un mango. Así que ocupar el lugar de trabajo una vez que la patronal se borra es la única alternativa, y resistir ante matones, desalojos policiales y la incertidumbre económica y cuanto antes ponerse a producir. Obliga a encontrar formas legales, como el modelo de cooperativa y reconquistar proveedores, clientes, mostrar que la empresa no es más aquella, sino que está a cargo de los trabajadores. “La ocupación es legítima; son los trabajadores los que construyeron esa empresa, en muchos casos han trabajado ahí como 30 años. Se les adeuda salarios, vacaciones, todo”.
El modo de producción cooperativo se caracteriza por ser una empresa social, donde el reparto de la riqueza que genera es equitativo. Y a su vez la idea del movimiento es mantener fuertes lazos con el entorno en general, el barrio, la sociedad, los municipios, otros sectores que sufran necesidades.

¿Qué influencia tienen los partidos políticos?
Ninguna, esto es un movimiento obrero. Viene de abajo. Hay militantes de los más diversos lugares. “Hoy contamos con más de 10.000 trabajadores en empresas recicladas. “Esta victoria no es nuestra sino de las nuevas formas de lucha del movimiento obrero. Aunque todavía estamos en una etapa de resistencia.” Y, respecto de los servicios públicos agrega: “hoy se está planteando un aumento de tarifas, para seguir mandando dinero al exterior y no por los costos operativos. Habría que crear cooperativas de trabajo y cooperativas de usuarios y empezar a definir nosotros los argentinos, los precios de las tarifas.” Y respecto al desmantelamiento industrial le sale mucho más caro al estado bancar puestos de Plan Trabajar que apoyar a los trabajadores para que formen cooperativas. Murúa sostiene que el estado debería modificar la Ley de Quiebras, para que las empresas queden en las manos de los trabajadores. Y remata, “pero es una decisión política”.

Fuente: entrevista y revista Iguales n°1.

Revista El Abasto n° 41, diciembre 2002.

 
 

 
 
 

 

 

 

 

 

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