IMPA Cultural
En la misma
visita al IMPA, con P.C.,
hablamos con Sebastián
y Sergio del área
cultural.
¿Cómo es que
se dio que estén
trabajando acá?
Sebastián: “Personalmente
me presenté ante
una convocatoria de los
trabajadores de la cooperativa
ante la idea de hacer un
centro cultural. Acá
tenemos talleres de producción,
cerámica, percusión,
orfebrería, dibujo.
Acá trabajamos tres
que tenemos nuestro taller
y damos clases. Y alumnos
hay muchos. También
hay teatro y lo que es más
original es que la fábrica
está funcionando
en la producción
y tiene una sección
de química y otra
de plásticos. En
plástico lo único
que se produce son las tapas
de los pomos.
Cuando se retoma la fábrica
hacen una convocatoria de
una manera muy amplia a
gente del arte para armar
un centro cultural. Yo en
esa época vivía
muy lejos de acá.
Después fuimos armando
el centro cultural. Hicimos
una revista una vez, pero
nos costaba mucho económicamente.
¿Sos de algún
partido político?
¿Te convocaron por
ese medio?
Sebastián: ¿Yo?
Mirá acá hay
de todo, de procedencias
muy diversas, siempre dentro
del terreno nacional y popular.
O por lo menos más
o menos popular.
¿El arte los une,
digamos?
Sí, a veces, sí,
a veces no.
Cuando recién empezamos
venían a hacernos
notas y pensaban que era
una exfábrica, ahora
centro cultural. Pero es
las dos cosas. Y ni siquiera
en diferentes horarios,
se trabaja más de
día en la fábrica
y más de tarde en
el centro cultural, pero
los horarios se superponen.
¿Con asambleas hay
alguna relación?
Sergio: “Hay un intercambio
con vecinos. Por ejemplo,
el comedor de la fábrica
también es utilizado
para cocinar la comida comunitaria
de un edificio tomado donde
viven ochenta familias aquí
a la vuelta.”
R.S.
Revista
El Abasto n° 41, diciembre
2002.