Un recorrido
por la... memoria
Memoria,
no te vuelvas mezquina.
Hazme recordar, oblígame
a no olvidar. Aunque el
recuerdo duela, a veces,
no importa, porque hace
que no me olvide quien fui
y con ello tal vez pueda
entender un poco más
quien soy ahora, o quien
quiero ser.
Eres quien no miente, aunque
se te quiera negar.
Eres quien no defrauda,
aunque se quiera seguir
defraudado.
Eres quien ayuda a encontrarse,
aunque se quiera seguir
perdido.
Eres quien mejor sabe del
hombre, aunque él
crea que se las sabe todas.
Con todo ello, seguramente
no eres bienvenida por muchos
porque, claro está,
es más fácil,
más cómodo,
menos comprometedor, vivir
en la hipocresía.
No voy a negarte que muchas
veces esto último
es muy tentador, pero seguramente
para nada constructivo,
porque a la larga o a la
corta, quien soy saldrá
a la luz, y se mostrará
tal cual es, aunque yo guarde
todos los espejos en donde
me pueda ver.
Tu existencia no implica
vivir en el pasado, por
el contrario refresca a
cada instante.
Seguramente surgirán
contrastes, incompatibilidades,
desacuerdos, incertidumbres,
pero si estoy abierta, podré
entenderlos mejor y saber
qué pasó y
qué está pasando.
Pero no es fácil
mantenerte viva a cada instante
en estos tiempos en donde
todo cambia de cabo a rabo
en un abrir y cerrar de
ojos. Tiempos, en donde
se corre hasta para ir a
comprar el pan. En donde
no nos permitimos parar
porque parece de anticuados.
“Hay que estar actualizados”,
nos dicen por ahí.
Estoy de acuerdo con ello,
pero tenemos que parar para
poder medir las consecuencias
de esa actualización,
sino somos como maquinitas
manejables a gusto de los
actualizadores, y segura-mente
así nos olvidaremos
fácilmente de quienes
fuimos y no entenderemos
en absoluto quienes somos
y mucho menos podremos determinar
quienes queremos ser. Con
lo cual vos quedas, paradójicamente,
en el cofre de los recuerdos.
Con este casero homenaje
a la memoria, bienvenido
los recuerdos de tantos
comerciantes del Abasto,
que con sus historias contribuyen
(aunque no lo crean) a despertar
la conciencia dormida de
tantos que lo habitan hace
tiempo y también,
por qué no, a que
tomen conciencia de que
actualizarse sin tener presente
quienes fuimos no sirve
nada más que para
paralizar el crecimiento.
Sandra
Súcari
Revista El Abasto, n°43,
marzo 2003.