Rubén
Santagada
De La Fábula
La entrevista
fue a Rubén Santagada,
dueño y fundador
del teatro.
“Nosotros estudiábamos
teatro en el viejo Fray
Mocho y habíamos
formado un grupo. Así
que queríamos nuestro
propio espacio, comenzamos
a buscar y empezamos aquí
alquilando... Esto era un
sótano en ruinas.
Laburamos mucho. Entre aquellos
compañeros estaba
Hugo Urquijo, por ejemplo.
Después se sumó
Julio Tabian que trajo toda
una movida interesante a
partir de un éxito
que tuvimos que se llamó
“Gotán”.
Porque aunque te parezca
mentira “Gotán”
fue un hito en la historia
del teatro nacional y se
estrenó acá
en el ´79. También
aquí se estrenó
por primera vez en la Argentina
“Final de partida”.
El director en aquel momento,
Julio Gastronuovo, se carteaba
con Beckett [hace referencia
al autor de esta pieza,
Samuel Beckett]. La sala
la pudimos comprar gracias
a un subsidio del Fondo
Nacional de las Artes.»
¿Querés contar
algo?
«El barrio responde
muy poco al teatro, yo ya
hace treinta y ocho (38)
años que estoy acá.
El vecino no responde. A
veces cuando venían
figuras a ver a “Gotán”
como Libertad Lamarque o
Susana Rinal-di los vecinos
se preguntaban ¿y
cómo llegó
hasta acá? Yo creo
que deben pensar que es
un piringundín.»
¿Y cómo es
la situación actual?
«A nosotros como dueños
de teatros nos favoreció
mucho Proteatro, que depende
del Gobierno de la Ciudad,
por medio de los subsidios
que entregan anualmente
para reparación,
por ejemplo, cambiar el
piso, comprar un proyector,
etcétera. También
el Instituto Nacional de
Teatro nos ayuda por medio
de subsidios. Eso ayuda
mucho. En cuanto a la crisis
del teatro, siempre fue
difícil llevar gente...
El problema del teatro es
cómo lo promocionás.
Hoy, por ejemplo, para sacar
la modesta cartelera en
La Nación no alcanza
con el canje, además
quieren dinero, porque dicen
que no somos redituables.
En el Clarín sale
porque logré que
nos respetaran los treinta
y ocho años de antigüedad.
Otra cosa que nos perjudica
es que la calle está
total y absolutamente abandonada.
Hay algunas casas abandonadas
y eso crea resquemor.»
M.S.
Revista El Abasto,
n° 46, junio 2003.