Entrevista
a Nélida Roucheto,
integrante de
La Casa del Tango
Cuando entré a “La
casa del tango” me
topé con una gran
maraña de cámaras
de distintos programas de
televisión, que se
encontraban grabando un
ensayo del Sexteto Mayor.
Así hice mi ingreso
a esta institución
del tango, ¿qué
mejor recibimiento que poder
apreciar un ensayo de estos
monstruos?
Posteriormente, charlamos
con Nélida Roucheto,
integrante de la Comisión
Directiva de este lugar
con el cargo que ocupa desde
1969 como secretaria general.
Y esto fue lo que nos contó
esta apasionada mujer del
tango y de la vida.
¿Cómo
surge la Casa del Tango?
Te cuento: en el ´67
se deja de tocar música
en vivo en las radios. Y
esto fue por un convenio
entre Martínez de
Hoz, la industria eléctrica
y las compañías
grabadoras. Así es
como las multi-nacionales
comienzan a decidir lo que
le tiene que gustar al público
argentino. Esto fue terrible.
Todos los músicos,
los poetas, los cantores,
no tenían forma de
ganarse la vida y, mientras,
nos seguían imponiendo
otra cultura empezando,
como lo fue, por la música.
Así es que Leopoldo
Díaz Vélez
propone crear La Casa del
Tango, igual a lo de la
Casa del Teatro pero su
idea no es que esta Casa
del Tango fuera una pensión
adonde fueran a parar los
viejitos, sino que fuera
un espacio que los artistas
tuvieran para ellos mismos.
Nacimos un 18 de septiembre
de 1967. Con nosotros, estuvieron
en viejas épocas
integrantes actuales del
Sexteto Mayor con quienes,
imaginarás, hasta
el día de hoy tenemos
el mejor trato.
¿Cómo
llegaron a tener el edificio
actual?
Uff! Es una historia larga.
Antes de estar acá,
estuvimos en tres lugares.
Llegamos a tener hasta tres
juicios por no poder pagar
el alquiler; hasta que en
la última vez tuvimos
una orden de desalojo. Decidí
ahí no estar más
en La Casa del Tango porque
me parecía un desprestigio
para los músicos.
Pero fue mas fuerte que
yo, no pude. Para poder
pagar el último juicio,
organizábamos peñas
en clubes chiquitos de barrios,
rifas y así íbamos
juntando pesito por pesito.
Hasta que en el ´81,
gracias al secretario de
Cultura de esa época,
Ricardo Freisa, nos ponemos
en contacto con Cacciatore,
que nos consigue otra casa
antes de ésta. Y,
al final, en el 82, otro
intendente, civil, nos entrega
este viejo predio que antes
era una fábrica.
¿Qué
actividades tiene hoy la
Casa del Tango?
Hoy funcionamos como sala
de ensayo. Ensaya acá
el Sexteto Mayor que fueron
miembros fundadores y siempre
nos ayudan con recitales
para juntar fondos. También
ensaya Víctor Lavallé.
Damos cursos de baile, hacemos
peñas de cantores
y poetas. De hecho, el 13
de septiembre esta peña
cumple el 19° aniversario
y lo vamos a festejar con
una peña enorme.
¿Alguna
anécdota?
Bueno, pudimos remodelar
esta “fábrica”
gracias al apoyo financiero
que nos consiguió
el empresario japonés
Yoshio Nakanishi. Y a este
hombre lo conocí
cuando fui a ver un concierto
de tango en radio Belgrano
y lo ayudé a entender
cuál músico
tocaba cuál instrumento
en el programa de ese evento.
A raíz de ahí,
establecimos contacto.
Otra anécdota que
tengo para contarte es que
en el año ´70
vino una delegación
uruguaya para recordar que
el 26 de noviembre era el
aniversario de la muerte
de Sosa. Y en esta delegación
vino un señor muy
mayor, de 92 años,
con una copia de un retrato
original de Gardel. Y resulta
que este buen señor
le había sacado esa
foto a Gardel personalmente.
Silva era su apellido...
así que la foto que
tenemos en “La casa
del tango” de Gardel
es una donación del
mismo autor la sacó.
Marcelo
Saltal
Revista El Abasto, n°
49, septiembre 2003.