Animales
exóticos en el barrio
Un safari
visual
En el acuario “Genek”
de Avenida Rivadavia 3261,
se respira un clima húmedo
y tropical con una sensación
térmica de 30 grados;
esto es para crearles a
las especies que allí
se exhiben, un ambiente
parecido a su hábitat
natural. Mauricio Azorín,
encargado del establecimiento,
comenta y explica cómo
maneja ese espacio que tiene
algo de las Islas Galápagos.
“Estamos aquí
desde noviembre de 2002,
esto es un acuario con reptiles,
peces, iguanas, escorpiones,
arañas, serpientes,
lagartos y tarántulas.
Las especies autóctonas
están protegidas
y prohibida su venta, pero
las que tenemos aquí
son de criadero y vienen
de África, Asia,
Centroamérica, Estados
Unidos y de otras partes
del mundo. El lagarto de
lengua azul (tiliqua sincoides)
fue el bicho más
raro y más caro que
he tenido y lo acabo de
vender. A mucha gente les
gusta tener un pez o un
lagarto o una iguana de
mascota. En Ecuador hay
un hotel que se llama “Iguana”
y las tiene en grandes cantidades
como atracción turística.
En peces de colores (carasius)
los tenemos desde dos pesos
y en reptiles desde 50 pesos”,
y agrega con una sonrisa
sentenciosa: “tener
uno de estos bichos en casa,
trae buena suerte.”
Camino lentamente por el
lugar y bajo el influjo
del entorno y de la atmósfera
reinante, creo estar en
plena selva y entonces descubro
posada sobre un petrificado
tronco, a una magnífica
y soberbia iguana de aproxi-madamente
1,20 metros de longitud,
paralizada y tan petrificada
como el tronco que la sostiene
y que en el largo tiempo
que estuve observándola,
fascinado y deslumbrado,
no movió un solo
poro de su elástico
cuerpo, y se me ocurre pensar
que con su inmovilidad absoluta
esta hermosa bestia, está
dando un mensaje de paz
y reposo a una humanidad
acelerada y conmocionada.
P.C.
Revista El Abasto, n°
50, octubre 2003.