Don Máximo:
telas
Entrar a
esta tienda de telas es
en parte un pequeño
viaje en el tiempo. Porque
como cuenta Margarita, su
dueña, mantienen
el inmobiliario de época.
Y de qué época
le pregunté. ¿Cuándo
vinieron al barrio?
“Estamos desde que
se inició”.
En realidad luego me aclara:
ella vivió toda su
vida acá y su padre
vino con la inmigración
de 1909; “la mejor
inmi-gración, muy
trabajadora” en su
opinión. Y si tenemos
en cuenta que antes de 1890
el barrio no existía
no queda duda que fueron
de los primeros pobladores.
Él se inició
en el rubro y en el trabajo
a sus diez años como
empleado de una tienda,
“Los Cívicos”.
El nombre provenía
de la inclinación
política del patrón.
Cuando fallecieron los dueños
cerró y él
abrió con crédito
de conocidos- muy cerca
su propia tienda que se
pasó a llamar “Exempleado
de Los Cívicos”.
Este local fue sobre la
Corrientes 3361 (entre Gallo
y Agüero) donde estuvo
hasta que se mudaron a la
actual dirección
de Sánchez de Bustamante
490, casi Corrientes, en
el año ´68
o ´69.

Margarita cuenta que en
esos años se ganaba
muy bien. “Había
trabajo y disponibilidad
de dinero”. Hasta
que por los años
´73 o ´74 se
complicó la cosa:
vino la famosa tablita de
Martínez de Hoz.
Sin embargo, así
y todo había circulante
y se consumía, incluso
muchos llevaban el doble
de lo que fuera porque luego
eso mismo saldría
mucho más caro. “Otra
época complicada
fue la hiperinflación
de la época de Alfonsín.
Pero el momento actual es
terrible. El cierre de las
fábricas por “importación
basura” perjudicó
al rubro tanto que hace
falta años bien encaminados
para volver a poner el país
en movimiento”.
Esta tienda de textil además
de vender telas hace arreglos.
Y el nombre actual en honor
al padre de Margarita se
lo pusieron hace menos de
diez años. Siguen
atendiendo con el trato
de antes: “con cariño
y con respeto”.
R.S.
Revista El Abasto, n°
55, abril 2004.