Adiós
a El Gigante
Hace algunos
días murió
Marlon Brando
y no quería dejar
pasar la oportunidad de
recordarlo en unas breves
líneas a este gigante
de la actuación.
Y máxime en un número
como este donde el eje temático
son los teatros y toda la
actividad vinculada a estos.
Debo reconocer que cuando
me enteré de su fallecimiento,
si bien conocía de
su estado grave de salud,
me embargó una cierta
tristeza. Ya ese artista
maravilloso que tanto nos
hizo vibrar con su talento,
que tanto nos conmocionó
en aquellos papeles que
interpretaba a la perfección
había partido.
Digno representante del
método de actuación
del Actor´s Studio
de Lee Strasberg, artista
genial que, verdaderamente,
eclipsaba en la pantalla
porque quién que
no lo haya visto en “Nido
de ratas”, “Apocalysis
Now” o en esa fabulosa
serie cinematográfica
que es “El Padrino”
de Francis Ford Coppola
podrá olvidar su
interpretación del
capo-maffia Vito Corleone.
¡Cómo no recordar
esa muerte de Don Corleone
jugando con su nieto en
el naranjal de su casa y
no sentirse exaltado ante
la magnificencia de ese
trabajo!
El actor que tan bien interpretaba
morir en el set, cansado
ahora del trajinado devenir
de su recorrido, ya no quiso
más y eligió
morir de verdad. Dejándonos
de regalo sus interpretaciones
como perlas en algunas de
las películas en
las que participó.
Era rebelde, díscolo,
huraño, problemático.
Quizá, por eso lo
quería un poco más.
No era políticamente
correcto. Y además,
brillaba. Ahora no está
con nosotros y los escenarios
han quedado un poco solos,
vacíos, extrañando
su presencia.
Marlon, si es cierto que
existe algo más después
de esta vida terrena espero
poder encontrarme con vos
aunque sea un rato en ese
más allá,
ya que yo también
pertenezco a esa “raza”
que somos los actores, y
desde ese lugar beber unos
tragos, emborrachar-nos
y reírnos como locos
ante la estupidez de tantas
cosas.
Por el momento, desde acá
te mando un fuerte abrazo
y te agradezc por tanto
deleite en tu brutal, visceral
y salvaje paso por este
mundo. Simplemente, gracias.
Marcelo
Saltal
Revista El Abasto, n°
58, julio/agosto 2004.