Presenciamos
la nueva obra de la creativa
escritora del libro en el
cual se basó el musical
Tanguera de Romay
Producciones.
Entrevista
a Dolores Espeja:
Tiempo sobre
tango a la 31
Todos
los domingos de septiembre,
se subió al escenario
de la bodega cultural de
Liberarte, en la calle Corrientes,
Venezia (quien se encarga
de explicar que su nombre
es con Z y no con C, al
iniciar la obra).
Venezia
es una señorita con
sueños de gran actriz
que de un momento a otro
se encuentra en 1931. Ella
estaba tranquila en el set
de filmación de una
película de época,
“Galaxia Tango”,
cuando de repente el tiempo
se le dio vuelta. Se encontró
con que el corr-e no existía
aun, que nadie sabía
nada sobre ninguna galaxia,
y mucho menos sobre el Tango
en el cine.
La
obra se desarrolla entre
tango y tango, y con una
gota de humor entre cada
entonada. Venezia siempre
tiene algo para acotar,
siempre tiene algo que decir,
y siempre te hace reír.
Cuenta cómo fue que
el tango se traslada de
Europa a la Luna.
El personaje logra transportarte
hacia su época, y
te hace sentir que realmente
está desarraigada.
Por
suerte los tangos que se
eligieron para el repertorio
son uno más lindo
que el otro. Son tangos
de la época, y que
evocan a las primeras voces
del tango canción.
Es un espectáculo
que puede disfrutar cualquier
tipo de público,
y el porteño puede
irse sumamente satisfecho.
No se trata de la típica
puesta en escena para extranjeros.
Por si no sabían,
les cuento que Dolores,
que interpreta a Venezia,
es la autora del libro Tanguera,
en el cual está basado
el espectáculo de
Mora Godoy que lleva recorrido
medio planeta.
A
Dolores la acompaña
un trío de guitarras,
el “Trío Mezcla
Rara”, que no sólo
interpretan los tangos,
sino que también
son parte del Buenos Aires
de 1931. Por lo que nos
cuentan los personajes,
la crisis económica
arrasó con todo,
tanto, que los músicos
hasta tuvieron que empeñar
las guitarras por un momento.
Uriburu era el presidente
de turno, luego del golpe
de estado a Yrigoyen.
El
cambio de época no
le vino tan mal a Venezia,
ella aprovecha y se va a
pasear por la ribera de
La Boca para ver a su abuelo
en sus años mozos,
y también se va a
un barrio más paquete,
donde vivía su abuela,
que por ese entonces la
cortejaba otro muchacho.
Entre estos paseos, Venezia
entona unas canciones en
los idiomas de sus abuelos.
Al final
de la obra nos enteramos
que el título de
la misma es la fórmula
que el personaje cree que
la puede hacer volver al
2007, y así se va
recitándola, “Tiempo
sobre tango a la 31”.
Después
de saludar a sus seguidores,
invitados y conocidos, Dolores
me dedicó unos minutos,
en los cuales pudimos dialogar
sobre la idea de la obra.
Me contó que este
formato estilo café
concert ya lo venía
implementando hacía
un tiempo largo, y la idea
del desarraigo ya había
comenzado en sus presentaciones
en el exterior. Italia y
España ya tuvieron
la oportunidad de ver la
obra, pero con la diferencia
de que Venezia no viaja
en el tiempo, sino que cambia
de país y sufre las
diferencias culturales.
Tanto Dolores como Pablo,
quien dirige al trío
de guitarras, son del interior
del país, y llegaron
al tango de pura casualidad.
Ambos venían del
folclore, pero en el exterior,
en Espora, el tango les
llegó por la nostalgia
y los acompañó
hasta tal punto que hoy
es lo que los lleva a recorrer
diversos escenarios.
Tuve
la inquietud de preguntarles
sobre la relación
de la juventud con el tango,
y cómo es que la
observan. Dolores me comentó
que entre el público
ve a muchos jóvenes,
y que son los que más
se enganchan con el repertorio.
Próximamente,
podremos escuchar y disfrutar
de la voz de Dolores, y
la música de sus
guitarras, en el CD que
estarán promocionando
en poco tiempo.
Esperamos
verlos nuevamente con nuevas
historias y nuevos tangos,
con la misma cordialidad
y humor que en Tiempo sobre
tango a la 31.
Catalina
Cabana
Revista
El Abasto, n° 93, noviembre,
2007.