“Gente
de medio pelo”
“Locución
familiar y figurada”,
según la Real Academia
Española, “con
que se zahiere a las personas
que quieren aparentar más
de lo que son o cosa de
poco mérito o importancia”.
Entre nosotros la expresión
alcanzó gran difusión
cuando Arturo Jauretche
(1950), sociólogo
y agudo crítico de
los defectos nacionales,
publicó su todavía
celebrado libro El medio
pelo en la sociedad argentina.
La frase no se refiere a
ninguna característica
capilar de nuestros compatriotas,
sino a esa actitud de presunción
que el mismo Jauretche califica
de zoncera. ¿Pero,
de dónde viene eso
del medio pelo? ¿Qué
vínculo liga el cabello
pelicorto con el ridículo
que hace la gente de quiero-y-no-puedo
que vive atormentada por
el afán de figurar?
La frase nació en
Perú en épocas
de la colonia, cuando los
miembros de la clase pudiente
se hacían traer de
Cádiz unos sombreros,
entonces de moda, fabricados
con el pelo de castores
elegidos cuidadosamente
por su brillo y longitud.
Los de menor calidad se
confeccionaban con los castores
de pelo inferior, lo que
hoy llamaríamos outlet
de esas prendas. Eran sombreros
que por ser hechos con animales
de pelo más corto
lucían mucho menos.
Esa diferencia de calidad
en la prenda se extendió
a sus portadores, relegados
así a una condición
social de segunda. El pelaje
ya lo denunciaba: era gente
de medio pelo.
Héctor Zimmerman
De Tres mil historias
de frases y palabras que
decimos a cada rato,
Editorial Aguilar, Buenos
Aires, 1999.
Revista
El Abasto, n° 93, noviembre,
2007.