A
la semana del cierre del
último concurso
literario -del
cual estamos muy satisfechos
con los aportes recibidos-
hicimos entrega de las distinciones
en un acto en el bar cultural
Kábbalah.
De
terror
El
martes 30 de octubre, a
una semana del cierre y
con poco aviso previo hicimos
un pequeño acto en
el bar cultural Kábbalah,
Guardia Vieja 3460, de entrega
de distinciones
por el III Concurso
Literario de la
revista El Abasto
cuya temática
era “cuentos de terror”
para lo cual los únicos
requisitos, aparte del título,
era que sean inéditos
y con un máximo de
extensión.
Desde
el consejo de redacción
decidimos definir el cuento
de terror para este concurso
como aquella composición
literaria breve, cuya temática
contenga el terror como
un ingrediente fundamental.
Solamente al editor le fue
revelada la identidad de
los escritores llevando
todo a una tipografía
uniforme y sin siquiera
usar seudónimo. Luego
de que los otros tres integrantes
del jurado dieran su veredicto
él dio el suyo. Casualmente
las coincidencias fueron
muchas, salvo en el primer
premio donde para uno de
los cuatro del consejo el
ganador debía ser
“Cita con un verdugo”.
Ésa es la razón
de la primera mención.
Vale
aclarar a su vez de que
somos concientes de que
el cuento de terror suele
exigir provocar cierto escalofrío
en el lector y, además,
suele estar vinculado a
lo sobrenatural. Incluso
hay una rama “clásica”
del cuento de terror que
se podría denominar
“gótico”.
Sin embargo, la novela Misery
de Stephen King no tiene
nada de sobrenatural y sin
embargo es de terror. Con
lo cual queda demostrado
que la definición
de género no puede
ser tan estricta; además
hay muchas diferentes definiciones
de géneros.
Nosotros optamos por no
ser tan estrictos dando
así cabida a cuentos
con ingredientes de humor
u otros que directamente
podrían integrar
las filas de las crónicas
policiales o a las de los
“malditos”.
La
razón de esta definición
más amplia se podría
resumir en dos cuestiones:
primero, no editamos un
medio especializado de literatura;
segundo, y principal, porque
consideramos que las delimitaciones
genéricas muchas
veces son encasillamientos
que delimitan de modo bastante
arbitrario la expresión
libre. No hay una sola teoría
de los géneros. Ya
Bajtín partía,
para hablar de géneros,
desde todo lo escrito en
una sociedad. Luego incursiona
en el género literario,
muchas veces indefinido
por rozar otra variantes.
¿Qué es, por
ejemplo, ¿Quién
mató a Rosendo?
de Rodolfo Walsh, ¿literario
o periodístico?
Además,
en definitiva ¿qué
es el arte, sino una creación
libre?
En fin, volviendo al acto,
los distinguidos fueron
en total seis, compuestos
por tres primeros premios
que en orden fueron los
siguientes: Carlos
Vallejo por el
cuento “Banderín
Solferino”, Carlos
Adalberto Fernández
por “Ese
espejo” y Susana
Ragatke por “El
peligro acecha”. A
su vez, hubo tres distinciones.
En orden: Ariel
Díaz por
“Cita con el verdugo”,
Oscar Coro
por “Lastima bandoneón
mi corazón…
tu ronca maldición…”
y Raúl Sergio
Rustan por “Las
tinieblas”.
Marcelo Saltal entregándole
el diploma al ganador, Carlos
Vallejo.
Cada
uno recibió o recibirá
un diploma y además
el primer premio a su vez
se llevó una cena-show
para dos con todo incluido
en Almatango y unas publicaciones
(Esperando a Godot
de Samuel Beckett, Futuros
y un Humor Ácido).
Otros de los premiados que
estuvieron presentes en
el acto recibieron también
alguna publicación.
Cabe agregar
que estamos muy conformes
con los cuentos recibidos
por considerar un buen nivel
general y una clara muestra
de que la participación
y la creación no
son sólo cosas de
otros.
También
vale comentar que entre
los cuentistas que han acercado
material a nuestros diferentes
certámenes son varios
los que se han visto motivados
por nosotros en un vaivén
que realmente nos enorgullece
y nos halaga: Haydée
Veintimiglia ganó
el segundo premio del primero
concurso (2000) y siempre
lo menciona en las contratapas
de sus libros; ¡y
ya va por el cuarto! Carlos
Adalberto Fernández
nos nombró “padrinos
literarios” porque,
según él,
el segundo concurso (2005)
le funcionó como
un puntapié para
su escritura, la cual se
puede disfrutar en su blog
(http://grupomuestrario.googlepages.com/).
A Carlos Vallejo le levantó
el ánimo en medio
de un mal momento el haber
ganado el segundo concurso
y ahora esperamos que le
vuelva a inspirar en su
labor de escritor porque
no deja de maravillarnos.
Sabemos que a otros también
les ha servido, siquiera
como una medida más
para engrosar su currículum.
A su vez no dejamos de pensar
que algún día
el libro Ficciones desde
El Abasto se hará
realidad.
Consejo de redacción
Revista El Abasto, n°
93, noviembre, 2007.