Mejorar
respecto del 2007 ¿será
difícil?
No
sé si hay una sola
explicación de porqué
este año fue tan
duro. Entre la inflación
que nos tuvo en jaque, las
elecciones que aportaron
lo suyo y luego una serie
de pequeños factores
que cada cual habrá
vivido a su manera en su
vida, creo que este año
se convierte en el más
duro de los últimos
cuatro. Desde luego que
la inseguridad económica
del 2001 y el 2002 fueron
mucho más crueles.
Pero éste 2007 fue
agotador.
Nuestro
sector, el periodismo barrial,
comenzó a sufrir
una serie de ajustes y controles
relacionados con la pauta
oficial que hicieron que
muchos colegas dejaran de
editar sus medios o prefirieran
evitar la pauta del gobierno
porteño. Para hacernos
una idea, en el 2006 nos
inscribimos 130 medios de
los cuales entramos 91 al
Registro de Medios Vecinales.
Este año éramos
84 inscriptos a último
momento, al final resultaron
94. Sea como fuere: muchos
menos que el año
pasado.
Así
que hay que decir las cosas
como son: mucho antes de
que asuma Mauricio Macri
se nos comenzó a
exigir como si fuésemos
empresas de primera línea
en un país del primer
mundo, mientras los pagos
seguían siendo acordes
con un país del tercero
por sus bajos montos, pero
peor aún: por sus
inexplicables demoras en
los pagos.
Pero
esto no terminó ahí.
Dos legisladores progres,
Elvio Vitali y Facundo Di
Filippo, decidieron, con
un tibio apoyo del sector
y contra muchos más
colegas, sacar una nueva
ley. Los editores que apoyaron
esto argumentan que con
la ordenanza que rigió
desde el 2001, para la pauta
oficial en los medios barriales,
el nuevo gobierno podría
llegar a pagarnos muy poco.
Entonces apoyaron una ley
que si bien en principio
mantendría la pauta
prácticamente como
está, por otro lado
nos deja en manos de un
multimedio que ya demostró
interés en el “nicho
barrial”. Porque la
nueva propuesta aprobada
de madrugada el último
día de la anterior
legislatura, junto con otros
114 proyectos y nombramientos,
propone que nuestra pauta
oficial se rija por el porcentaje
más bajo de un día
del “diario de mayor
circulación”.
Con un descuento nos bajan
ese ingreso para volver
a la carga. Pero la idolatría
hacia la prensa del discurso
hegemónico no termina
ahí. Estos señores
proponen un premio estímulo
económico anual a
doce medios (que no se pueden
repetir al otro año
y que además puede
declararse desierto). El
jurado estaría compuesto
-además de por tres
representantes de Comunicación
de la UBA- por tres legisladores
y tres representantes de
los medios masivos [sic].
Y desde luego que nos exigen
además desde ser
impolutos pagadores de impuestos
hasta inscripción
a la Propiedad Intelectual
[sic] para los portales
web (como si con el NIC
no alcanzara). Más
exigencias primermundianas
y el modo de reaccionar
de ellos ante nosotros,
tercermundianas. Todo por
una prensa bananera. Una
esperanzadora prensa barrial
nos espera: con bozal y
zanahoria. Digno, más
que de una democracia participativa,
del orweliano 1984.
Rafael Sabini
[email protected]
Revista El Abasto, n°
94, diciembre, 2007.