Réquiem

El film está inspirado en un hecho real que tuvo lugar en Alemania en la década del setenta. Micaela es una adolescente, con una alta vocación religiosa, que atraviesa una crisis interna que considera como una posesión diabólica aunque la ciencia se haya ocupado de hacerle creer que era epiléptica y que por ende debía controlarse con una medicación que debía ingerir de por vida.
     Lo cierto es que Micaela, mas allá de sus dificultades, intentará llevar una vida “normal” y pese a la oposición de su madre y gracias al apoyo de su padre viaja a la ciudad, lejos de su pueblo natal y de su familia, con el objetivo de cursar sus estudios universitarios.
Lejos de su entorno, la salud de Micaela comienza a agravarse cada vez más, escucha voces que la persiguen y que la alejan de la oración religiosa, impidiéndole rezar y acercarse al crucifijo entre otras manifestaciones. Por este motivo, y en búsqueda de ayuda, irá a ver al cura de la familia, quién se burla de su creencia de que está poseída, aunque luego, con el correr del tiempo finalmente le crea e intente exorcizarla.
    Con el recurso de la cámara en mano, y muy pocos planos, el director crea una atmósfera que conecta a los personajes vertiginosamente, capturando el encierro interno vivido por la protagonista principalmente frente a la relación distante que tiene con su madre y al conflicto signado por un entorno que no logra ayudarla.
    La observación cercana, casi exploratoria de la imagen logra establecer la diferencia entre el hecho histórico real, al que remite el film y la ficción propiamente dicha.
   Lejos de establecer conclusiones, el film se encarga de dejar claro que nada está dicho, que todo aun es posible de análisis, y que las tesis sobre el caso que conmovió a la Alemania de los setenta aun permanecen en vigencia para su continua discusión. Una mirada comprometedora en un continuo zigzag entre el documental y la ficción, invita al espectador a ser partícipe de una historia que atrapa tanto desde lo verídico como desde el tratamiento formal de la imagen, como signo propio del cine.

Lorena Rueda
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Alemania 2006. Dirección: Hans-Christian Schmid. Intérpretes: Sandra Hüller, Burghart Klaubner, Imogen Kogge, Anna Blomeier, Nicholas Reinke. Guión: BERND LANGE. Producción: Hans-Christian Schmid. Fotografía: Bogumil Godfrejow. Montaje: Hansjörg Weissbrich, Bernd Schlegel.

Revista El Abasto, n° 94, diciembre, 2007.