“La
parte del león”
Es común
oír que alguien se
lleva la parte del león
cuando obtiene el mayor
beneficio en una empresa
de la que varios participan.
El dicho tiene origen en
una fábula de Esopo,
que la Fontaine versificó
en el siglo XVII. El toro,
la cabra y la oveja se asocian
con el león para
procurase alimento. Cazan
un cervatillo y el león
se hace cargo del reparto.
Divide la presa en cuatro
y dispone: “Para mí
la primera, porque me corresponde.
Esta otra me la llevo por
ser el más valiente.
Y la tercera, como premio
de mi destreza”. Cuando
llega el turno de la cuarta
la mayor y más tentadora-
los otros se aprestan a
tomarla. Pero el león
ruge “¡Ésa
es mía!” y
la arrebata de un zarpazo.
“¿Por qué?
Porque soy el león!”,
les contesta a sus famélicos
socios. La frase “la
parte del león”
designa hoy la porción
mejor que alguien se arroga.
De puro prepotente. O porque
ha sabido fijar de antemano
claúsulas que le
otorgan casi todo. Y que
por algo se llaman leoninas.
Héctor
Zimmerman
Tres mil historias
de frases y palabras que
decimos a cada rato,
Editorial Aguilar, Buenos
Aires, 1999.
Revista El Abasto, n°
94, diciembre, 2007.