“Una
victoria a lo Pirro”
Pirro
reinaba en Epiro en el año
281 a C. cuando la ciudad
de Talento le solicitó
ayuda contra Roma. Pirro
acudió con 25.000
hombres y enfrentó
al cónsul Valerio
Levino. Los elefantes, que
los romanos aún no
conocían, decidieron
la batalla y las legiones,
diezmadas, dejaron sus posiciones
al fin de la jornada. Pero,
al amanecer, Pirro comprobó
sus propias bajas: más
de 4.000 hombres y sus mejores
jefes muertos; su caballería
puesta en fuga “Otra
victoria como ésta
y estoy perdido” se
quejó amargamente
a sus generales. Desde entonces
“una victoria a lo
Pirro”, expresa un
contrasentido. Se aplica
a cualquier éxito
cuyo costo es tan elevado
que equivale a un fracaso.
Héctor
Zimmerman
Tres mil historias de frases
y palabras que decimos a
cada rato, Editorial Aguilar,
Buenos Aires, 1999.
Revista
El Abasto, n° 95, enero/febrero,
2008.