El
cuerpo habla
El Lobo es una
propuesta sumamente audaz.
El sólo hecho de
concebir esta suerte de
espectáculo de danza
teatro en forma de unipersonal
lo demuestra con creces.
Más aún teniendo
en cuenta la alta calidad
artística de este
espectáculo.
Su
protagonista hace gala de
una destreza física
envidiable. Su cuerpo adopta
las más variadas
e indescriptibles posturas
físicas. Su cuerpo
es el que habla. Un cuerpo
que da la sensación,
por momentos, de estar perfectamente
desarticulado pero dentro
de, una suerte de articulación
maravillosa. Pablo Rotemberg
despliega toda su sinfonía
de movimientos dentro una
escenografía que
simula ser un baño,
sólo hay allí
un inodoro, un bidet, y
un lavatorio. Esto le basta.
Más la presencia
de un piano, del que hace
uso para desgranar algunas
melodías.
Si,
además, de algo hace
gala El Lobo es
una propuesta sumamente
audaz. El sólo hecho
de concebir esta suerte
de espectáculo de
danza teatro en forma de
unipersonal lo demuestra
con creces. Más aún
teniendo en cuenta la alta
calidad artística
de este espectáculo.
Su
protagonista hace gala de
una destreza física
envidiable. Su cuerpo adopta
las más variadas
e indescriptibles posturas
físicas. Su cuerpo
es el que habla. Un cuerpo
que da la sensación,
por momentos, de estar perfectamente
desarticulado pero dentro
de, una suerte de articulación
maravillosa. Pablo Rotemberg
despliega toda su sinfonía
de movimientos dentro una
escenografía que
simula ser un baño,
sólo hay allí
un inodoro, un bidet, y
un lavatorio. Esto le basta.
Más la presencia
de un piano, del que hace
uso para desgranar algunas
melodías.
Si,
además, de algo hace
gala El Lobo es
de su humor y esto es más
ponderable todavía
tomando como tópicos
los temas en los que abreva.
Podemos ver en este hombre
como su soledad lo aqueja,
lo angustia. Hay ciertos
momentos muy simpáticos
como cuando intenta defecar
en el inodoro y le cuesta.
O como cuando tumbado de
espaldas sobre el piso se
le torna sumamente dificultoso
poder ponerse de pie. Al
menos, a mí, esto
me recordó al protagonista
de La Metamorfosis, de Kafka,
cuando el pobre tumbado
sobre su cuerpo, habiendo
amanecido como una cucaracha
le cuesta terriblemente
poder pararse.
En
definitiva, un espectáculo
original, sumamente creativo
e inusual dentro de la cartelera
porteña. Ideal para
aquellos que gustan de propuestas
innovadoras.
Marcelo
Saltal
[email protected]
Obra: El Lobo.
Intérprete, autor
y dirección: Pablo
Rotemberg. Sala: El Camarín
de las Musas.
Revista El Abasto, n°
96, marzo, 2008.