Prisioneros
La presa es la última
obra que estrenó
el dramaturgo, actor y director
teatral Bernardo Cappa.
Y como lo viene haciendo
recientemente esta pieza
también responde
a un modo de trabajar que
Cappa encontró y
en el que pareciera sentirse
muy cómodo.
Digo
esto porque este espectáculo
fue concebido bajo los modos
del work in progress donde
después de largos
meses de trabajo y de búsqueda
a través de improvisaciones
con sus actores surge la
obra del modo en que es
presentada al público.
En ésta, todo gira
en torno a una familia la
que, a primera vista, pareciera
ser un grupo familiar del
montón pero, luego,
durante el transcurso de
la acción descubriremos
que estos personajes albergan
un montón de cosas
no dichas, que salen a flote
precisamente no a través
de sus palabras sino manifestándose
en sus distintas actitudes.
Ese malestar de lo no dicho
habla albergado en sus propios
cuerpos. He aquí
el meollo de la cuestión.
Y
todo esto de lo que son
presos los personajes de
La Presa (no siendo esta
redundancia, ni elección
del título del espectáculo
inocente) es lo que dispara
toda la conflictividad latente
por la que atraviesan estos
seres. Obviamente, en el
particular estilo que viene
forjando Cappa en sus últimos
trabajos todo esto le sirve
para tener una gran suma
de disparadores muy divertidos
a medida que transcurre
la historia.
En
esta obra, hay tres hijas
con sus respectivos esposos
que llevan a su padre, un
viejo polaco terriblemente
enfermo, al atelier de un
patético pintor español,
con enormes ínfulas
de gran artista mientras
se gana la vida haciendo
retratos familiares como
el que le pidieron en este
caso. Esta simple excusa
bastó para la creación
de esta obra. Los caracteres
de los distintos personajes
están muy bien diferenciados
pero el acento se ha puesto
más en la forma (¿quizás,
como un modo de remarcar
lo no dicho?) que en la
profundidad de cada uno
de los seres que pueblan
este espectáculo.
El elenco en general sostiene
muy bien sus interpretaciones.
Excepto el actor Daniel
Kargieman quien se embelesa
en un boceto muy tosco de
su personaje y alejándose
así de ser un polaco
como sostiene esta historia,
probablemente, buscando
la deformidad pero sólo
por la deformidad en si
misma.
En
suma, La Presa es un espectáculo
sumamente divertido, recomendable,
caracterizándose
el mismo por su enorme sentido
del ritmo escénico
y con una gran elección
de parte del director en
la utilización de
los diversos niveles de
espacio en su montaje. Vaya,
no se va a arrepentir.
Marcelo
Saltal
[email protected]
FICHA TÉCNICA: Obra:
La Presa. Elenco:
Estefanía D´anna,
Vanina Falco, Laura Nevole,
Christian García,
Aníbal Gulluni, Daniel
Kargieman, Pablo Navarro,
Fabricio Rotella. Asistente
de dirección: Melanie
Vázquez. Dramaturgia
y dirección: Bernardo
Cappa. Sala: Teatro del
Abasto.
Revista El
Abasto, n° 98, mayo,
2008.