Un
mundo feliz
El
título nos remite
por lógica consecuencia
a la más conocida
obra de ciencia ficción
de Aldous Huxley. La noticia
viene de Corea del Sur.
El gobierno, con la colaboración
de un ejército de
científicos y empresarios,
y en evidente puja por la
supremacía en el
campo de la robótica
con Japón ha decidido
convertir a los robots en
miembros de la sociedad
y al servicio de las personas.
Entonces esta máquina
dotada de memoria y un programa
capaz de sustituir al hombre
para realizar ciertos trabajos,
pasará a transmitir
mensajes a los padres, enseñar
inglés, entretener
a los niños, guiar,
aconsejar y asesorar en
las oficinas públicas,
patrullar las calles y detectar
malandrines y enviar imágenes
a centros de control, entre
muchas otras tareas, todas
apuntando al bienestar y
la felicidad de la gente.
“Con el tiempo los
robots podrían cambiar
nuestro estilo de vida de
una manera que no podemos
pronosticar en este momento”.
Esta profecía, bastante
inquietante, corre por cuenta
del director del Centro
de Robótica Inteligente
de dicho país. A
mí no me cabe la
menor duda de esto, pero
si así se cumple,
la humanidad va a tener
un “pequeño
problema”:
¡QUÉ CARAJO
HACER CON EL HOMBRE!”
P.C.
Revista El
Abasto, n° 98, mayo,
2008.