Periodismo, una nueva ley,
un debate que falta
Las
tecnologías empleadas
para el periodismo cambian
y se crean nuevas. Sin duda
Internet es el espacio que
más ha revolucionado
el avispero. Puede que sea
la razón por la que,
hoy por hoy, los grandes
medios busquen nuevos horizontes.
Incluso me atrevería
a decir que han perdido
algo de credibilidad. A
su vez buscan adaptarse
a las nuevas tendencias,
por ejemplo, le dan cada
vez más cabida a
los espacios de los lectores,
tal vez, como presión
por la creación de
los blogs y de los medios
de menor tirada y/o alternativos
que le pisan los talones,
o en una de esas sólo
por estudios de mercado.
Como fuere, el periodismo
va cambiando.
Tal
vez esto tenga que ver con
la mentada ley de radiodifusión,
22.285, promulgada en 1980,
durante la última
dictadura militar que el
actual gobierno pretende
actualizar, aunque sus argumentos
pasen por un supuesto “planteo
ideológico”.
La
redacción y sanción
de una nueva norma es reconocida
como una de las “deudas
de la democracia”
y éste no es el primer
gobierno que se propone
tal misión. Sin embargo,
fueron las reformas del
menemismo en la materia
las que permitieron la concentración
de los medios en manos de
grandes empresas periodísticas,
muchas de ellas con participación
mayoritaria de capitales
extranjeros.
Julio
Bárbaro ex interventor
del organismo autárquico
del estado argentino encargado
de decretar la titularidad
de las licencias de radio
y televisión y de
ejercer el control de toda
la radiodifusión
en el país. Más
conocido como el Comité
Federal de Radiodifusión,
vulgarmente nombrado por
sus siglas: COMFER.
El mes pasado le contestó
algunas preguntas a Segundo
Enfoque. En la extensa entrevista
sostiene en un lugar que
el eje de una nueva ley
debería implicar
“70 por ciento de
inversión nacional,
un límite a la concentración,
porque para que haya libertad
de prensa tiene que haber
dispersión de propiedad,
y una integración
de todos los sectores al
sistema”.
Bárbaro
pone en claro su postura
a favor de los multimedios.
“Si los multimedios
son 15, hay libertad de
expresión. Si los
multimedios son uno o dos,
y se quedan con el 80 por
ciento, no hay libertad
de expresión.”
Y
cuando el tema entra en
las radios “clandestinas”
o “truchas”
opina que no pueden tapar
la frecuencia de las legales,
o sea, las reconocidas por
el CONFER. “Acá
hay un problema que es la
limitación del espectro.
En las zonas donde no hay
conflicto, nuestro objetivo
es que se integren todos
porque hacen a la riqueza
de opinión. Si en
una provincia hay 15 radios
y las 15 no se interfieren
entre ellas, mi voluntad
como Estado es legalizarlas
a todas. El otro tema son
las zonas de conflicto,
como Buenos Aires, el Conurbano,
donde no podés decir
'entren todos'. Vamos a
decir 'entren todos' y luego
vamos a tener que eliminar
cierta cantidad de radios
porque no hay espacio físico
para que ellas existan.
Algunos no van a sobrevivir.”
Hace
unos días renunció
Bárbaro y asumió
como nuevo interventor del
COMFER Juan Gabriel Mariotto
que viene con intención
de concretar una nueva ley.
Mariotto viene de la mano
del secretario de Medios
del Gobierno de la Nación,
Enrique “Pepe”
Albistur. Veremos ahora
como continúa este
proceso de creación
de una nueva ley.
Si
nos vamos a guiar por las
autoridades vale recordar
lo que prometió el
jefe de Gabinete, Alberto
Fernández, a mediado
de abril a Perfil.com donde
sostiene que para reemplazar
la Ley de Radiodifusión
vigente se necesita “un
amplio debate público,
no sólo de los legisladores
sino también de los
ciudadanos” acerca
de “qué tipo
de medios queremos en la
Argentina”. Claro
que por ahora solamente
se reunieron con dirigentes
de los multimedios.
Me
gusta la idea de cerrar
esta notita con un párrafo
de la “Teoría
de la radio” de Bertolt
Brecht que suele usar la
radio comunitaria, FM La
Tribu, para hacer reflexionar
sobre su objetivo: “La
radio podría ser
el más gigantesco
medio de comunicación
imaginable en la vida pública,
un inmenso sistema de canalización.
Lo será cuando no
sea sólo capaz de
emitir, sino también
de recibir. En otras palabras,
si consigue que el oyente
no sólo escuchase
sino también hablase,
que no permaneciera aislado,
sino relacionado”.
Ulises
Karlson
Revista El
Abasto, n° 98, mayo,
2008.