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Celiberti: un rosarino que te aplasta

Ruben Celiberti en Espléndido.

Las primeras veces que se escuchó hablar con fuerza de Rubén Celiberti fue en el espectáculo La Cassano en el Maipo, parece ser que ahí este muchacho rosarino descollaba al lado de una figura de la talla como la de Eleonora Cassano.
   Pues bien, este mismo señor después de un tiempo vuelve a estar en los escenarios porteños, aunque no por mucho y, realmente, es una pena que sea así, ya que volverá a Europa, donde trabaja habitualmente. Cabe decir que Celiberti ha trajinado varios grandes importantes escenarios en algunos países del mundo, tales como Italia y Francia. Y, seguramente, estos teatros le han quedado chicos a este rosarino for export y creo que puedo asegurar esto después de haber tenido la suerte de haberlo visto en acción

Afortunadamente, por mi trabajo en la revista El Abasto tanto como por mi actividad como actor y director teatral veo mucho teatro, es decir, estoy siempre muy cerca de las diversas actividades teatrales que se generan. Pero, he de reconocer, que haber visto en escena a Rubén Celiberti fue algo distinto, único. El tipo sabe hacer muchas cosas sobre el escenario y lo que lo distingue es que todo aquello que realiza no lo hace bien sino que lo hace muy bien. Pero muy bien. Baila, patina, canta, toca el piano. ¿Algo más? Es un señor de la escena hipercompleto. Y con un elevadísimo grado de perfeccionamiento y buen gusto en todo aquello en lo que se desempeña. Un caso atípico, ¿no? En este espectáculo que está realizando, arremete solo con todo y uno puede comprobar cómo goza, profundamente, con todo aquello que ofrece como cuando canta con su voz de tenor para desgranar O Sole mío o meterse con la milonga Jacinto Chiclana, de Jorge Luis Borges, o para cantarse algún tanguito de Carlitos Gardel o emprender con La Foule, al más puro estilo Edith Piaf, y de allí saltar a ese clásico (reciente, si se quiere) que es Yo vengo a ofrecer mi corazón, de Fito Páez. Pero cuando se sienta en el piano, francamente, es una maravilla verlo tocar. Imperdible su versión de El Choclo, por ejemplo.
   Rubén Celiberti demuestra en este espectáculo A puro talento, un título carente de humildad alguna pero cien por ciento cierto, ser un artista de los grandes dejando parte de su pasión y maestría sobre el escenario, encandilando así a un público que disfruta extasiado ante tanto derroche de talento.
   Si no lo vio, no lo dude y vaya corriendo ya a ver a este gigante que sabe embellecer tan bien los escenarios donde pisa. Es casi una obligación moral ver a Celiberti en acción, y no estoy exagerando. Después no diga que no le avisé.

Marcelo Saltal
[email protected]

Espectáculo: A puro talento. Intérprete: Rubén Celiberti. Coreografías: Rubén Celiberti. Dirección: Rubén Celiberti. Sala: La Casona del Teatro de Beatriz Urtubey (Corrientes 1975).

Revista El Abasto, n° 82, noviembre 2006.

 

 



 

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