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Aporte a la discusión por una nueva ley de radiodifusión


El 10 de diciembre de este año se cumplen 25 años de la vuelta de la democracia. Ya ha pasado mucha agua bajo el puente, en algunos sentidos demasiada. Existen temas urgentes que como sociedad no podemos ignorar. La historia nacional enseña que no resolvemos nuestros problemas mirando hacia otro lado.        Desentender nuestra realidad sólo deja el camino libre para que las grandes empresas, los multimedios y todos aquellos que se benefician con la desinformación del pueblo prosperen.
      Siempre existieron herramientas para hacer valer nuestros derechos: las leyes. Desde hace un tiempo varios sectores relacionados con la comunicación en todas sus formas están debatiendo acerca de reformar la famosa (y rechazada) ley de radiodifusión. Cuando uno escucha quien la sancionó entiende instantáneamente por qué es tan importante su correcta modificación. Durante el Proceso de Reorganización Nacional, o simplemente la última dictadura militar que sufrió el país, el Congreso fue anulado y se designó una “comisión de asesoramiento legislativo” (Cal). Estaba compuesta por 12 personas, 3 oficiales de cada fuerza militar. Sancionó 1.783 leyes y 18.146 decretos entre el 24 de marzo de 1976 y el 9 de diciembre de 1983, siendo una de ellas la antes mencionada, fechada el 15 de septiembre de 1980.
     En este marco de restricciones y censura la libertad de los medios pasó su peor momento, esto no fue impedimento para que unos pocos “arreglaran” con los militares, haciendo a esta época oscura aún más condenable. No olvidemos que muchos de estos personajes hoy son dueños de los grandes informativos que manejan la agenda de temas de actualidad, por ende el ritmo de vida de las personas.
     Motivada por el Gobierno, debido en gran parte a intereses personales, esta reforma pretende la “democratización” y la “federalización” de la información, según Gabriel Mariotto, el Interventor del COMFER y Enrique Albistur, Secretario de Medios. De a cuerdo a declaraciones de Alberto Fernández, el asunto de los grupos y la reforma “es ya un debate público”, no sólo ”un asunto de funcionarios”. Para hacer realidad esta necesidad se presentó una propuesta que contenía 21 puntos clave para dicha corrección, es la llamada “iniciativa ciudadana por una nueva ley de radiodifusión””. Resumiendo su contenido se destaca:
       Evitar la concentración de licencias (la actual permite hasta 24 por persona)
       La creación de un “ombudsman” o defensor de usuarios, una figura que defienda al público y presente ante autoridades competentes los reclamos.
       Que el Estado sea garante de la incorporación de cooperativas, sindicatos y mutuales.
      La posibilidad de que los medios alternativos crezcan.
      Desmonopolizar los multimedios.
      Un registro de los dueños de medios, para que figura no quede en las sombras.
      Que cada localidad posea un canal propio, para no tener que informarse solamente de los hechos que transmiten los canales de aire (generalmente casi todos acontecimientos de Capital).
     Además de estas modificaciones hay que tener en cuenta las grandes posibilidades que hoy en día brinda la tecnología en cuanto a vías de comunicación. Haciendo hincapié en la televisión digital, reciente en la Argentina, ésta ofrece una cantidad de canales muy superior a la actual. Siempre hubo cinco canales de aire, con la digitalización este número ascendería a 20 (el lugar que ocupaba uno solo ascendería al de cuatro). No existen casualidades, en gran parte la reforma apunta a hacer frente a cambios tan fuertes como este. Para que estos nuevos canales no sean depredados por los multimedios y dejen (nuevamente) a los medios alternativos sin la posibilidad de acceder a uno.
      Esperemos que luego de tanto tiempo e intentos fallidos, nuestra saciedad tenga la suficiente madurez para dar este gran paso en materia democrática, un asunto tan trascendental como son los organismos encargados de informar diariamente a la gente. Seria positivo también que en las esferas políticas los encargados de sancionar las leyes piensen en el pueblo, en todo lo que se puede progresar, dar un “verdadero salto a la modernidad”. Ojalá no tomen decisiones aspirando sólo beneficios políticos y económicos resultantes al pactar con los multimedios; dejando así en evidencia el poco compromiso que los encargados de representarnos tienen.
     
Sea cual fuere el desenlace de esta historia, es el momento indicado para plantearse a donde queremos ir. De cara al futuro tenemos nuestra democracia en todos sus sentidos como método para superar obstáculos. Se puede gozar de ésta o sentarse a ver cómo se negocia impunemente con el derecho de estar informados, con la realidad y no con lo que “ellos” quieren mostrar.

Juan Manuel Castro

Buenos Aires, 15 de mayo de 2008.

 

 
 

 
 
 

 

 

 

 

 

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