Carlos
Eliseo Pizzo, vecino
y hombre de letras
Cronista
poético de la realidad
Entrevistar
para el personaje del mes a
Carlos Eliseo Pizzo, un vecino
y hombre de letras. Yo, en algunas
ocasiones, había leído
cierto material suyo en la redacción
pero haberlo conocido me dio
una enorme satisfacción
ya que me encontré con
un tipo muy humilde (tanto que
el mismo se empeña en
no verse a sí mismo como
un escritor) y con muchísimo
humor. Pero dejemos que sea
él quien se exprese:
“No
soy culto ni poeta
mucho menos literato,
es la musa en arrebato
que el sentimiento interpreta”
¿Cómo
empezó a escribir?
“Yo estaba terminando
el comercial, en el Joaquín
V. González, creo que
era el año 1949, 50
y en el Comercial 12, algunos
de sus alumnos, estaban haciendo
una revistita. Bueno, escribí
la poesía El portero
de la escuela, yo tendría
16 o 17 años, y fue
lo primero que escribí
y me lo publicaron. Tuve suerte.
”Desde
ahí, comencé
a escribir siempre. Incluso,
en mi último trabajo,
donde estuve alrededor de
treinta años, porque
yo no vivo de esto, mi jefe
me acuerdo que, muy a mi pesar,
me decía El Literato.
”Después
en mis trabajos siempre escribía
algo para mis compañeros
o compañeras, esos
escritos eran una especie
de radiografías de
las personas, pero siempre
haciendo hincapié en
lo bueno de esta gente.
”Pero
yo me jubilé en el
92 y ahí fue cuando
comencé a tener tiempo
libre, así que empecé
a enterarme de concursos literarios
y empecé a mandar.
Así fue como participé
de mucho más de cincuenta
antologías donde me
publicaron y hoy veo esto
y me sorprendo, ya que no
me lo esperaba.
”Pero
guarda, eh, que yo no me considero
ni un escritor, ni poeta,
ni literato, ni nada, que
eso quede bien claro. Yo soy
un autodidacta. Sólo
escribo cosas que me salen
del sentimiento y de la inspiración.”
¿Y
acerca de qué escribe?
“Escribo acerca de todo
lo que veo, lo que escucho,
lo que pienso, mis recuerdos,
todo eso es material para
ser siempre poesía.
”Siempre
hay algo por escribir. A veces,
me pasa que me despierto a
las dos de la mañana
con una idea y salgo corriendo
a anotar eso para después
no olvidarme. He leído
que le pasa a ciertos escritores
conocidos y famosos y te puedo
asegurar que no mienten. Al
menos, a mí también
me pasa. Por esto, uno a la
inspiración no la puede
buscar; cuando aparece, aparece.
Hay que estar siempre preparado
para recibirla. Por esto,
otra de las cosas que siempre
hago es andar con un papelito
y lapicera por si se me aparece
algo.
”En
algunas poesías lo
que hago es un poco de realidad
rimada, si se quiere como,
por ejemplo, hice con una
poesía mía,
Aquí me pongo a cruzar,
donde hablo acerca de la dificultad
que significa cruzar la Avenida
9 de Julio. Incluso, este
texto mío tuvo la Primer
Mención de Honor en
el libro de Vivencias de Buenos
Aires que sacó la Dirección
General de la Tercera Edad.
Soy a veces, si se quiere,
una especie de cronista poético
de la realidad.”
¿Y
es de leer mucho?
“No, nada. No soy para
nada lector. Es más,
nunca lo fui. Lo único
que leo mucho es el Martín
Fierro. Para mí, es
un libro que funciona como
material de consulta.”
¿Y
es difícil para una
persona que escribe poder
publicar aquello que produce?
“No, no es difícil
porque siempre te vas a encontrar
con distintas editoriales
que organizan antologías
para escritores, así
desconocidos como yo. Y si
participás de muchas
antologías después
te ofrecen publicarte un libro
en forma individual que fue
lo que a mí me pasó.
”Y,
te digo una cosa, es muy satisfactorio
ver un libro con las cosas
que uno ha escrito. A veces,
pienso que hay demasiada gente
buena para publicarle a uno
cosas tan sencillas.”
¿Y
le gusta recibir los reconocimientos
que ha recibido?
“Claro que me gusta
recibir menciones, premios.
Pero yo sigo escribiendo igual
por más que no me den
nada. Porque yo nunca esperé
ninguna repercusión
por esto que hago porque,
de alguna forma, lo tomo como
un juego y, bueno, si después
me publican mucho mejor, ¿no?”
¿Y
le habría gustado o
le gustaría escribir
una novela, por ejemplo?
“Y sí, me habría
gustado. Pero eso ya es palabra
mayor. No es para mí.
Pensé alguna vez escribir
una novela acerca de mi vida
pero después deseché
la idea. No. Aunque, de todas
maneras, nunca se sabe.
”Pero, mirá,
de todas maneras, estoy muy
contento ya que nunca pensé
estar en tantas antologías
y tantos libros.”
¿Y
su relación con el
barrio cómo es?
“Hace poco que vivo
en el barrio, seis años,
nada más. Antes, con
mi mujer, vivíamos
en Congreso. Y como en aquella
época se hacían
muchas manifestaciones que
hacían un ruido bárbaro
decidimos cambiar de barrio
y mudarnos y así fue
como llegué a este
barrio. Y tuve la suerte de
conocer acá a Felipe
Koffman, era vecino mío,
y fue una especie de colaborador
externo de la revista de ustedes.
No sabe como lo extraño.
Pensar que ya hace dos años
que falleció. Me acuerdo
que nos conocimos en un bar,
estábamos los dos con
nuestras esposas. Y después
nos veíamos o en su
casa o en la mía. Felipe
siempre me mandaba fotocopias
de sus textos y fue así
como yo solo armé ese
librito con todas poesías
suyas, que titulé La
poesía de Felipe.”
M.S.
Revista
El Abasto, n° 81,
octubre 2006.
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