El
precio de la marca
En estos últimos días
salió a la luz una
denuncia contra la empresa
de ropa para niños
Cheeky que habría violado
una seria serie de leyes laborales:
explotación de menores
de edad, violación
de normas laborales y de migraciones,
tráfico de prendas
desde China y la contratación
de trabajadores en negro.
El proceso
de investigación comenzó
con las denuncias presentadas
por la cooperativa La Alameda
a la Defensoría del
Pueblo de la Ciudad de Buenos
Aires. Así se inició
la causa judicial donde el
Ministerio de Producción,
a través de la Subsecretaría
de Trabajo, aportó
las pruebas que se obtuvieron
a través de las inspecciones
realizadas. Se efectuaron
3.436 controles durante 2006
en talleres textiles y se
trabajó en conjunto
con otras áreas del
gobierno local y nacional
para erradicar el trabajo
esclavo.
En este sentido el ministro
de Producción, Enrique
Rodríguez, afirmó
en una conferencia de prensa
hace unos días: “las
investigaciones realizadas
ponen de manifiesto que existe
un sistema productivo en la
industria textil, basado en
el trabajo esclavo, clandestino
y en negro que tenemos que
combatir. Detrás de
esto están grandes
marcas que confeccionan sus
prendas violando las normas
laborales vigentes”.
En
la conferencia también
estuvieron presente Alicia
Pierini, defensora del Pueblo,
el subsecretario de Trabajo,
Ariel Lieutier, y el representante
de la Unión de Trabajadores
Costureros, Gustavo Vera.
Ahora,
Cheeky no es la primera marca
importante que se denuncia
por este tipo de cosas. Incluso
mundialmente ha habido antecesores
nefastos de grandes marcas
internacionales con trabajo
esclavo infantil en el tercer
mundo. Recuerdo una fábrica
llena de chicos en Pakistán
que hace unos años
“se” incendió
durante un paro: con todos
los niños adentro.
Al
adquirír una buena
prenda no hay garantía
de que por pagarla mucho se
le está asueldando
lo que corresponde a quienes
la realizan. Tampoco el precio
garantiza que no haya explotación
del hombre por el hombre.
U.K.
Bs. As. 19/1-2007
|