Entrevista
al vecino Claudio
Andrade, árbitro
del Campeonato Amistad de
Fútbol Infantil,
encargado de un edificio
en Mario Bravo al 600.
Árbitro
de fútbol infantil
Claudio
Andrade alquiló en
su momento la cancha del
predio “Madres de
Balvanera” en la calle
Sánchez de Bustamante,
entre Lavalle y Guardia
Vieja para un equipo de
niños, en total como
ochenta, que de llamarse
Homero pasó a llamarse
Balvanera. El año
pasado se abrió y
hoy el club ya no está.
Sin embargo él continúa
con su tarea de árbitro,
además de ser profesor
de árbitros y presidente
del tribunal de disciplina
del CAFI (Campeonato Amistad
de Fútbol Infantil).
El presidente de esa liga
es Marcelo González.
Contáme
sobre el tribunal de disciplina
del CAFI
“El tribunal de disciplina
es el que sanciona en caso
de ser necesario por diferentes
situaciones negativas que
surjan en las jornadas de
fútbol. Puede ser
a los clubes, a los árbitros,
a los jugadores o al público.
Los clubes miembros del
CAFI están en el
Área Metropolitana
de Buenos Aires, o sea no
solamente en Capital, y
cuenta con unos cien clubes
adheridos con un promedio
de cien integrantes infantiles
por club. El más
cercano al Abasto es uno
que está en Yatay
y Perón. La idea
es que se sumen más
clubes, pero la realidad
es que por Almagro y Abasto,
no hay muchos clubes de
fútbol. El propio
Club Almagro tiene su sede
en otro lado. Tampoco existen
muchos predios. El de Madres
de Balvanera tiene pedido
de desalojo y lo tiene la
Dirección de la Juventud.”
¿Querés
contarme un poco del CAFI?
“Aparte de las actividades
por la cantidad de clubes
que integran la liga, también
hacemos jornadas solidarias.
Siempre todo relacionado
con el fútbol. La
otra vez un chico, relacionado
con un club nuestro, necesitaba
una silla de ruedas especial,
hicimos una jornada solidaria
para conseguirle la silla.
Otra vuelta hicimos una
junta de juguetes que donamos
a un instituto para discapacitados.
Después tenemos los
cursos de árbitros
y los cursos de técnicos
que damos en un anexo en
la calle Sanabria. La sede
administrativa está
en Arregui 3750.”
¿Cada
cuánto organizan
un campeonato?
“El campeonato dura
diez meses. Todo el tiempo
se enfrentan los equipos,
como los campeonatos de
primera que organiza la
AFA. Nosotros los dividimos
por ´zonas´
(por capacidad) y los encuentros
se hacen los sábados
de mañana y tarde
y domingos de mañana
dependiendo del nivel. Sábados
a la mañana es más
escuela. Vamos viendo con
los técnicos para
que se enfrenten dependiendo
de las capacidades. Organizamos
un campeonato, apertura
y luego clausura. Proveemos
los árbitros porque
tenemos una liga propia
de árbitros. Tenemos
una idea de qué tipo
de árbitro queremos.
En general el árbitro
de baby (cinco jugadores
y el arquero) tiene una
actitud relajada y no tiene
que ser así porque
la tarea de árbitro
para un partido de baby
es más complicada
que para un partido de once.
Tiene más trabajo
porque está sólo.
¿Cuál
es el mayor beneficio como
para mandar a un hijo a
juagar al fútbol?
“Y primero que nada
los saca de las calles.
Y después los clubes,
podrían estar mejor,
pero están bastante
bien manejados por los técnicos.
Hacen actividad física
y hacen un juego de compartir.
Y después desarrollan
la posibilidad de salir
futbolistas. Aunque no sea
para todos. Hoy por hoy
los últimos quince
años la gran mayoría
de los jugadores salen del
baby fútbol. El Club
Parque es el más
emblemático de ahí
han salido desde Maradona
a Sorín, Cambiazo,
Riquelme; Saviola de Parque
Chas, Albil, el arquero
de Estudiantes, ha jugado
en Sabi Ochenta, en fin…”
¿Estos
clubes que nombrás
están en la liga
de ustedes?
“Sí, casi todos.
Otras ligas son PAPI, la
más antigua y absolutamente
competitiva. Ahí
no hay nivel de escuela.
La segunda sería
PEPI. Estas ligas, como
la nuestra son para chicos
de entre cinco a trece años.
Y en las juveniles que nosotros
también tenemos son
hasta dieciseis años.
”Nosotros
enfocamos el fútbol
desde otro lado: para mí
es un juego y hay que tomarlo
desde ahí. No vale
dejar de lado el aprendizaje
y lo amistoso para matarse.
No estoy en contra de quienes
quieran hacerlo competitivo,
pero en nuestra liga nosotros
lo trabajamos así,
como un juego. Es el más
lindo del mundo, a nosotros
nos encanta a todos, pero
sigue siendo un juego. Somos
muy duros con el comportamiento
del público. En principio
no hay clubes estrella.
”Muchos
padres por $4 van y ven
siete partidos y se conforman
como se conformarían
en una cancha de fútbol
profesional donde la entrada
es mucho más cara.
Nuestro modo de manejarnos
es que ante cualquier escándalo
o cuestión seria
expulsamos al club.”
¿Y
hay chicas que juegan?
“No exclusivamente
chicas. Algunos clubes incluyen
chicas que juegan con los
varones. Ahora lo que estamos
haciendo es un torneo de
mujeres mayores, que se
llama libre de dieciocho
para arriba. Porque los
clubes tienen muchas madres
que quieren jugar, porque
son muchas las madres que
llevan a sus nenes y se
empiezan a meter y a creer
que entienden. Bueno, eso
suena machista, en realidad
los padres muchas veces
tampoco entienden mucho,
además el ver al
hijo de uno jugando hace
que uno pierda objetividad.
Pero las madres son más
bravas que los padres, aunque
también participan
más, recolectan plata,
o sea que consiguen muchas
cosas. Hay clubes que tienen
patrocinadores y otros que
nada que ver, y ahí
son más las madres
las que se rebucan para
conseguir un sandwich para
los chicos o las camisetas
o los botines. Y eso es
algo bueno.
”El
fútbol infantil une
mucho a la familia. Hay
quienes me han confesado
que antes de que el chico
jugara no salían
juntos a ningún lado
y que una vez que comenzó
el fútbol se convirtió
en una salida de la familia.
Y a partir de ahí,
con un punto de unión
la familia anda mejor.
”Los
más chicos son 2001
-2002. Es espectacular dirigir
esos partidos. Algunos son
2003, cuatro años.
Ahí es muy recreativo.
Si bien hay tabla de posiciones
esa tabla es aparte de la
general porque la búsqueda
es hacer el juego, que se
diviertan.”
Contáme
de la función del
árbitro
Nosotros les damos un curso
y luego una evolución
práctica y otra teórica.
La práctica es probarlo
en cancha. El árbitro
de baby no tiene asistente,
así que está
solo. El público
está al lado tuyo,
no tenés escapatoria.
Tenés que estar muy
atento porque vos sos el
que cobrás todo.
Más que estado físico,
pensá que la cancha
es chica, tenés que
tener un buen estado mental.
Yo he visto árbitros
que abandonaron los partidos
por la presión. Una
vuelta un tipo se puso a
llorar. Se fue a la mesa
de control llorando queriendo
irse.
”Mi pasión
es arbitrar. Me han planteado
que siga solo con el tribunal
de disciplina y que largue
el arbitraje, pero a mí
lo que más me gusta
es arbitrar, es mi pasión.
Tengo una forma muy particular.
Charlo mucho con los chicos,
soy amigo de los técnicos
en general. Soy serio. A
mí me encanta cuando
los chicos entran y me saludan.
Aunque después les
ponga cara de ogro en el
partido los chicos saben
reconocer. Ellos tienen
sus códigos y saben
cuando el árbitro
sirve.
”También
jugué al fútbol.
Llegué a tercera
en Almagro.”
¿Y
por qué dejaste de
jugar?
“Y no hacía
las cosas como las tenía
que hacer. No quería
cuidarme tanto y pasarme
entrenando. Por eso llegan
tan pocos. Pero al fútbol
se le pueden sacar muchas
más cosas que solamente
esos minutos de juego. Pensá
sólo el movimiento
de gente que nuclea el fútbol.”
¿Alguna
anécdota?
Una vez arbitrando un partido
de pibes de catorce años
me pasó una cosa
fea, pero que sirve para
ver como actuamos en la
liga. Yo había amonestado
una infracción y
el, digamos, damnificado,
quería que yo expulsara
al que la cometió.
Y me empieza a insultar,
así que le digo que
se calle y lo amonesto a
él también.
Y el pibe sigue, así
que le digo que si no termina
lo expulso. Fue una cosa
rara porque la infracción
era a favor de él
y termina él expulsado.
Ahí me quería
pegar. Lo primero que hice
fue poner las manos atrás
y otros lo separaron. Y
el padre vino por atrás
y me empujó. La madre
me quería agarrar
de los pelos. Ese pibe y
sus padres fueron expulsados
y nunca más van a
jugar en la liga.
”Recuerdos lindos
tengo un montón.
Por ejemplo, con los más
chiquitos siempre hago una
charla previa. No es como
con los partidos de once
donde se juntan los capitanes
y se hacen los sorteos.
Acá se juntan todos
los chicos. En la charla
previa los pibes van a saber
como viene el arbitraje.
Además es un tema
entre el árbitro
y los jugadores. Ha pasado
que los técnicos,
eso ellos me lo han contado,
le preguntan ´che,
que te dijo el árbitro´
y no se lo dicen. Yo, la
charla previa de los más
chicos la hago sentado en
el piso con todos en ronda.
Tengo que esperar porque
vienen todos los padres
a sacar fotos y demás
porque eso lo hago yo solo.
Y aprovecho ese rato para
preguntarles cosas a los
chicos. Y los padres escuchan
que los pibes contestan.
Se va creando un clima entre
los chicos y también
con los padres, donde se
sabe que el partido va a
ser muy amistoso. Entonces
no reclaman. Porque en un
partido de los más
chiquitos hay doscientas
manos que si las vas a cobrar
todas no jugás el
partido, los laterales se
sacan todos mal, hay montones
de infracciones. Una vez
una madre me dijo ´pero
usted no cobró nada´.
Y no, porque si me pongo
a cobrar no se juega. Mi
intención ahí
está en que la pasen
bien.
”El
año pasado en la
categoría ´99,
o sea que tenían
siete años, fue un
partido muy duro, con situaciones
complicadas, errores del
árbitro y al final
se terminó definiendo
en el último minuto.
Era un griterío infernal,
pensá que las canchas
muchas veces son cerradas.
Yo estaba en la mesa de
control y veo que había
un nene llorando. Entonces
con mi silbato aviso alto,
que paren. Me acerco al
pibe y le pregunto qué
es lo que le pasa. Y me
dice ´me quiero ir
a mi casa, no quiero jugar
más´. Yo hice
una nota al respecto. Porque
es un terrible contrasentido,
que un niño no quiera
jugar más. Algo raro
está pasando. Y con
los padres esa nota tuvo
buena aceptación.
Porque hablo de la presión.
A mí me llamó
la atención. Fue
duro. Es lo apuesto a lo
que yo busco.”
R.S.