Espiando
pa´ soportar
En Espía a una mujer
que se mata, Daniel Veronese,
su creador parte desde el
final de otra obra suya, la
que estuviera en cartel alrededor
de seis años, Mujeres
soñaron caballos. Pero
este no es todo el punto de
contacto que tiene con ese
otro espectáculo anterior
sino que, además, se
utiliza la misma vieja y ya
muy muy trajinada escenografía.
Y esto, creo, no sólo
obedeció a cuestiones
de practicidad sino que esta
utilización escenográfica
fue sumamente óptima
para otorgarle a esta nueva
creación ese clima
de deterioro y encierro, que
es el mismo que viven los
personajes.
Veronese para crear esta obra
ha tomado como base a Tío
Vania, de Chejov. Pero aquí
decide no poner el acento
en esos ritmos bucólicos
familiares, tan chejovianos.
Asimismo está ausente
cualquier tipo de objeto que
connote algún rasgo
campestre.
En este espacio escénico
tan reducido los personajes
se van amontando, superponiéndose
los unos con los otros. Y
es tan fuerte la angustia
que los corroe que los mismos
parecieran no querer o no
poder, por momentos, escucharse.
Se observan, se espían,
en ciertos momentos, igual
que un espectador de teatro
porque, quizá, sea
el teatro aquello que otorgue
un poco de satisfacción
ante la desidia de vivir que
cargan estos personajes.
La
presencia del “mundo
del teatro” en esta
puesta no es menor, ya desde
el título de la pieza
en donde se retoma aquel de
Un hombre que se ahoga espía
a una mujer que mata, aquella
creación de Veronese
también basada en Tres
hermanas, de Chejov. Incluso,
el personaje de Serebriakov
aquí es un pseudoinvestigador
teatral; esto sirve para hacer
referencias a teorías
teatrales y a citar en más
de una ocasión a Ostrovsky
y Stanislavsky. La discusión
que sobrevuela pareciera ser,
¿volver o no al realismo
teatral? Quizá, por
esto esta puesta sea tan despojada,
ya desde la ausencia de vestuario,
el uso escenografito, la puesta
lumínica, la no utilización
de música. Y este despojamiento,
al mismo tiempo, acentúa
aún más ese
carácter de padecimiento
de estos personajes ante una
vida que se les escapa.
En
definitiva, es una obligación
casi ver este espectáculo.
Excelentes actuaciones, alusiones
irónicas a cierto teatro
actual posmoderno e, incluso,
más de una alusión
al mismísimo Dios y
a Dostoievsky, más
fragmentos que se enmarañan
con este Chejov visto por
Veronese de Las Criadas de
Jean Genet… Vaya ya.
No se la pierda.
Marcelo Saltal
[email protected]
Obra: Espía a una
mujer que se mata. Autor:
Daniel Veronese (Basada en
Tío Vania, de Chejov).
Elenco: Osmar Nuñez,
María Figueras, Claudio
Quinteros, Fernando Llosa,
Silvina Sabater, Marta Lubos,
Julieta Vallina. Asistente
de dirección: Felicitas
Luna. Dirección: Daniel
Veronese. Sala: El Camarín
de las Musas (Mario Bravo
960).
Revista
El Abasto, n° 81,
octubre 2006.
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