Entrevistamos
al Dr. Miguel Durán
de la
Fundación Argentina
para el Bienestar Animal (FABA).
Respeto
por el animal
Al Dr. Miguel Durán
lo conozco fundamentalmente
por ser dueño de uno
de esos comercios pujantes
que desde hace años
viene apostando al barrio.
Además es un excelente
veterinario, eso lo puedo
garantizar dado que en Animal
World atendí siempre
a mi mascota. Pero esta nota
no trata sobre animales domésticos
sino que lo entrevistamos
como uno de los directores
de la Fundación Argentina
para el Bienestar Animal (FABA).
Miguel Durán: “Nosotros
empezamos a trabajar con este
tema en el año 2002
aproximadamente. Comenzamos
a percibir que Argentina estaba
siendo presionada de alguna
manera, por la Unión
Europea que estaba utilizando
el bienestar animal como una
manera para arancelar. «Si
no tienen bienestar animal
en el día de mañana
pueden tener problema para
la incorporación de
sus productos en la U.E.».
Hoy están recomendando.
Mañana pueden exigir.
Entonces pudimos vislumbrar
que las condiciones del campo
argentino no eran de las mejores,
pero tampoco de las peores.
El sistema de producción
argentino, el sistema pastoril
de espacios abiertos, era
mucho más natural que
la producción intensiva
que tienen otros países,
por ejemplo, de la Unión
Europea.”
¿Éstos
son los métodos con
feed lots?
“Sí. El feed
lot es la alimentación
intensiva para bovinos. El
alimento balanceado a diferencia
del pasto, es rico en ácidos
grasos saturados. No es beneficioso
para la salud porque aumenta
el colesterol malo. Nuestras
carnes, básicamente
alimentadas de modo pastoril,
tiene por el contrario ácidos
grasos poli-insaturados. Por
lo tanto, las condiciones
nutricionales son mejores
porque predisponen a una baja
de colesterol.
”Nuestra producción
netamente extensiva habla
de una ventaja comparativa
interesantísima. Porque
realmente uno de los fundamentos
del bienestar natural dice
que los animales deben expresar
su conducta natural. Hacinados
dentro de una jaula lógicamente
no pueden expresar su conducta
natural. Desde luego hay déficit
en el bienestar animal. Uno
fundamental es el trato humanitario
donde hay acondicionamientos
folklóricos que hacen
que el trato no sea el mejor.”
¿Hay
una tradición de maltrato?
“Claro, hay una tradición
de maltrato. Se supone que
el animal no es tan sensible
como el hombre cuando estudios
científicos determinan
todo lo contrario. El animal
es tan sensible como el hombre,
solamente que lo expresa de
forma diferente. Son más
estoicos. Si nos guiamos por
la expresión del dolor
animal como si fuese el dolor
humano tenemos una visión
antropomórfica, o sea
pensar que si le duele algo
debe expresarlo como lo expresamos
los humanos. Y esto no es
así. El animal lo expresa
a su manera. Posiblemente
limite sus movimientos, sus
desplazamientos. Lo expresa
en forma diferente. En el
campo hay tradiciones duras
como que el animal debe ser
castrado sin anestesia, destetado
en un momento que tal vez
es muy temprano.
”Cuando
uno evalúa la conducta
de un animal, convive con
el animal y conoce lo que
es la vida de un animal creo
que uno debería tenerle
un respeto mayor. Si uno tiene
la idea de que un animal en
un futuro va a ser alimento
para uno, se supone que le
tiene que tener un respeto
mayor. Pero eso no siempre
ocurre. Muchas veces no se
lo ve como una fuente de alimentos
para el hombre con todos los
acondicionamientos éticos
y económicos que eso
trae implícito. Generalmente,
muy por el contrario, se toma
el animal como un recurso
más del campo cuando
es la esencia de la producción
ganadera, obviamente. Es la
esencia misma del sistema.
La presencia del animal ahí
es lo que mantiene ese sistema.
A veces se arrastran cuestiones
culturales que son difíciles
de desterrar pero están
cambiando a la luz de las
ventajas económicas
que trae aparejado. Porque
ese maltrato conlleva pérdidas.
Una vacunación mal
hecha, por ejemplo. O un golpe
que le genere hematomas en
sus cortes de alta calidad
genera desperdicios y pérdidas
económicas. En términos
económicos hay 50 millones
de dólares por año
que se tiran. Es carne de
desperdicio. Un absceso puede
ser un kilo de carne que se
pierde. Vos multiplicás
ese kilos por 11 millones
de animales, son 11 millones
de kilo de carne tirada. Uno
todavía no le ha puesto
el número exacto a
eso, pero es un número
altísimo.
”Después está
la ventaja competitiva en
el mercado europeo y en el
interno también. La
calidad de la carne mejora.
En un animal que sufre estrés,
por ejemplo, la carne termina
siendo oscura, dura y en la
carnicería nadie la
lleva. A uno le llama la atención
una carne que no esté
seca, con un color rojo intenso.
”Las
acciones directas del maltrato,
por ejemplo, trabajando en
una manga, en una vacunación
traen aparejado una pérdida
que se traduce en kilos de
carne. Eso es bien directo.
”Una
incidencia indirecta del bienestar
animal es que si el animal
no está bien alimentado,
no está bajo las condiciones
climáticas adecuadas
disminuye, por ejemplo, su
fertilidad. Lo cual conlleva
incidencias directas sobre
la producción.
”Después
también hay aspectos
sanitarios. Se ha hablado
mucho de los sistemas intensivos
de los europeos donde se le
ha incorporado proteínas
de origen animal. La Unión
Europea tiene un miedo atroz
a estas cosas y por eso el
consumidor europeo demanda
mucho más; tienen miedo
de que estos sistemas intensivos
sigan trayendo problemas.
Por eso están haciendo
una revisión de todo
el sistema productivo y quieren
hacer todo lo más natural
posible. ”
Esto
es el origen de la Vaca Loca,
¿no? Y hoy está
la Gripe Avear…
”Sí. Claro, por
eso está resurgiendo
la producción orgánica.
Ahí sabés que
no tenés organismos
genéticamente modificados
que han influido en la alimentación
del animal. Sabés que
ese animal no ha recibido
una medicación de antibioticoterapia
en forma intensa. Estamos
cerca de la producción
orgánica. Con la diferencia
de que un animal de producción
orgánica debiera comer
alimento orgánico.
Y hoy la tendencia es que
la pradera sea de alfalfa
genéticamente modificada.
”El
cordero patagónico
sí cumple con la producción
orgánica.”
¿Cómo
se sostiene FABA?
“Con donaciones de particulares
y empresas. Tenemos algún
proyecto financiado por CFI
(Consejo Federal de Inversiones)
y también por algunos
organismos internacionales
como el ONUDI (Organización
Naciones Unidas para el Desarrollo
Industrial) y la World Society
for the Protection of Animals.”
¿Cómo
plasman su trabajo? ¿Cuál
es la base documental?
“Hay códigos
de práctica, manuales
de altos estándares.
Por ejemplo, el Manual de
Nueva Zelanda. Lo que estamos
haciendo nosotros son manuales
de altos estándares
del bienestar animal para
que le sirva a los productores
argentinos y sepan qué
es lo que el día de
mañana la Unión
Europea exigirá y así
Argentina dé cumplimiento.
Están
con la producción bovina
y mencionaste el cordero patagónico.
¿FABA también
hace manuales para la producción
avícola?
“No estamos trabajando
con aves. Te puedo asegurar
que el sistema de producción
de ave es sumamente intensivo.
Tanto para la producción
de pollos como de huevos.
Hay gran hacinamiento. Hubo
producción orgánica
pero está prácticamente
desaparecida. Sí estamos
trabajando con la producción
bovina. Y la próxima
fase es comenzar a trabajar
a favor del bienestar animal
con la producción porcina
que es semi-intensiva.
”Más
allá que lo ideal pueda
ser la producción orgánica,
hay métodos que no
son tan intensivos, como el
free range que es un intermedio.
No utiliza alimentos genéticamente
modificados, pero no necesariamente
deben ser orgánicos.
Pueden tener agroquímicos.
Tengo entendido que se está
comenzando y analizando la
posibilidad de introducir
free range en producciones
intensivas como la avícola.”
R.S.
Revista
El Abasto, n° 81,
octubre 2006.
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