Entrevistamos
a la artista plástica,
Graciela Del Campo,
que tiene un local a la
calle en pleno barrio del
Abasto
“El arte es un sentimiento”
El taller de un pintor tiene
una atmósfera particular
que solamente otro pintor
puede percibir y apreciar
con especial delectación.
Dibujos, formas, colores
y olores que nos atraen
y cautivan. Y si a todo
esto agregamos la presencia
de una persona cordial que
nos recibe, Graciela Del
Campo, y nos relata su trayectoria
en el barrio, Mario Bravo
560; el momento grato y
amable está garantizado.
“La
experiencia de tener un
espacio de arte en este
barrio es única,
la gente entra, mira con
placer, felicita, agradece
y cuenta sus experiencias
artísticas y el gusto
que siente por ellas. Este
lugar lo pensamos con mi
esposo Carlos como un espacio
generador de ideas para
darnos el tiempo necesario
para inventar y realizar
lo que no nos permite el
ritmo obligado de las actividades
diarias para encarar la
subsistencia. Se sienten
partícipes y lo son.
En una ocasión un
chico se abalanzó
sobre la imagen de la nena
tocando el acordeón,
casi tamaño natural
del cuadro Los chicos de
la calle, la abrazó
y besó, nos quedamos
impactados. Particularmente,
necesito de la emoción
que emana de mi entorno
social, la realidad es mi
punto de partida en el camino
de la inspiración.
Me atrae la investigación
de técnicas inéditas,
lo tridimensional aplicado
al plano. Utilizo muchos
elementos para expresar
un sentimiento que se transforma
en idea y, finalmente, en
obra que otros pueden compartir.
El cuadro Los chicos de
la calle fruto de mi angustia
de ver a criaturitas abandonadas
trabajando entre basura
y desechos, provoca un sentimiento
compartido con la gente.
Para poder plasmar esa idea
hizo falta la pericia de
Carlos para armar la estructura,
recortar la figura en madera
e idear la iluminación.
Es una representación
que nos evoca muchas historias
en el barrio. Vivo el arte
como una necesidad compulsiva
con la que algunas personas
nacemos, no tiene una razón
aparente, es un impulso
que nos da identidad. Mi
ductilidad en variadas técnicas
las he ido adquiriendo a
través de mi experiencia
escenográfica, realizada
en Teatro Abierto, en el
Teatro General San Martín
y en distintas películas.
El grupo de gente linda
que viene a los cursos dispone
de poco tiempo, trabajan
o tienen una familia que
atender, este es un espacio
en sus vidas, guío
la enseñanza considerando
esas circunstancias. Partimos
del placer, lo hecho con
agrado siempre es estético.
Incorporamos los conceptos
necesarios para realizar
una obra de calidad plástica.
En el Abasto, el arte es
un sentimiento”.
Recuerdo
que hace algunos años
pude ver en un segundo piso
de un edificio de la Avenida
Corrientes al 1600, dos
esculturas representando
a Romeo y Julieta en la
clásica escena del
balcón. Esta realización
que nos asombró a
muchos por lo insólito
y original ha sido una obra
de Graciela. ¡FELICITACIONES!
P.C.
Revista El Abasto,
n° 82, noviembre 2006.