COMENTARIO
TEATRAL
¿Pa´
que más?
Sólo
algunas sillas en un espacio
vacío. La suficiente
luz para iluminar el ambiente,
no mucho más que eso.
Y cuatro actores. Sólo
esto es No me dejes así.
Sólo esto y mucho más.
En un momento dado, van entrando
los distintos actores, como
apurados, y se sientan a esperar.
Lo que aparece aquí
es una suerte de signo de
espera trágica (y no
estoy hablando de Tato Pavlovsky).
Llegan estos personajes y
dan toda la sensación
de estar sufriendo, y mucho,
en esta espera... Así,
poco a poco, van encontrándose
todos. Pareciera ser que a
algún ser querido común
a todos ellos algo grave le
ha pasado. ¿Será
así, que este ser querido
está muy grave internado
y ellos, los personajes, esperando
el desenlace de tan fatal
situación? ¿O
que el mismo directamente
ya murió y lo que estamos
presenciando como público
tiene que ver con esa espera
que significa la despedida
final de un ser querido en
esa terrible ceremonia que
es un velatorio? Pues bien,
querido lector, nada de esto
nunca lo sabremos. La obra
no se preocupa, ni en lo más
mínimo, en darnos algún
tipo de información
al respecto. Y la verdad es
que esa ausencia de data no
molesta en absoluto ya que
uno como espectador puede
descodificar cómodamente
en función de los códigos
de comunicación que
se establecen entre los personajes
en acción qué
es lo que está sucediendo
en la escena. Así,
obviamente, No me dejes así
sabe utilizar, y muy bien,
ciertos modos de comunicación
que usamos en la vida pero
los que vistos a través
de esta lente, un tanto más
crítica, se muestran
como lo que son: situaciones
absurdas, carentes de un sentido
de verdad, las que pretendiendo
comunicar algo, en realidad,
no lo hacen y cuando lo logran,
transmiten más bien
información bastante
poco sustanciosa. Por todo
esto, el espectador se divierte
tanto, porque puede descodificar
esa información absurda
de ciertas situaciones un
tanto banales de la comunicación.
En las que, sin embargo, caemos
todos.
La
palabra en esta obra no es
fundamental, más bien
pesa mucho más el modo
en que se involucra el cuerpo
en este proceso social de
comunicación. Por esto
es tan importante el modo
en que han sabido hacer uso
de lo gestual, el susurro,
en fin, la forma en que han
utilizado lo no dicho al servicio
de todo aquello que se está
diciendo.
La labor
de los actores es impecable.
No me dejes así es
un espectáculo sumamente
divertido. Créame que
se va a reír mucho
más de lo que pensaba.
Vaya, que lo pasará
muy bien.
FICHA TECNICA:
Obra: No me dejes así.
Autor: Creación colectiva.
Coordinación autoral:
Mauricio Kartun. Elenco: Eugenia
Guerty, Claudio Martínez
Bel, Néstor Caniglia
y Cesar Bordón. Dirección
gral.: Enrique Federman. Sala:
El Piccolino (Fitz Roy 2056).
Marcelo
Saltal
[email protected]
Revista El Abasto,
n° 83, diciembre 2006.
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