Revista N°210

Noche de emoción en el Abasto por las Abuelas de Plaza de Mayo

Placa homenaje y Nieta 126

El lunes 4 de diciembre la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura porteña fijó un reconocimiento en el inmueble donde funcionó su primera sede: en avenida Corrientes 3284, esquina Agüero, frente al Viejo Mercado.

Era un homenaje esperado. En el barrio había expectativa desde hacía semanas, pero nadie imaginó que aquella jornada iba convertirse en un hito histórico de la lucha por la verdad y la justicia. El primer lunes de diciembre al atardecer, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires planificó un acto para fijar una placa en homenaje a la primera sede de las Abuelas de Plaza de Mayo, en Corrientes 3284. El merecido reconocimiento a 40 años de trabajo por los derechos humanos quedó en segundo plano para festejar en plena calle junto a vecinos del Abasto que la nieta número 126 había recuperado su identidad.


El mismo día que las Abuelas volvieron a patear las primeras calles de su larga lucha, mecharon agradecimientos con una buena nueva: Adriana, una mujer ya de cuarenta años, confirmó a través de un estudio de ADN que es hija de Edgardo Garnier (1955) y Violeta Graciela Ortonali (1953), que fue secuestrada embarazada en 1976. Los padres de Adriana militaron en la FAEP. Edgardo lo hizo en la JP y Violeta en la JUP. Luego compartieron su militancia en la organización Montoneros.
“Tengamos un futuro mejor”, introdujo ante vecinos del Abasto, Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas, feliz y serena. Agregó: “La lucha número 126. Y saben que está en la casa de Abuelas en este momento (lunes pasadas las 19). Nos quiso conocer hoy mismo cuando se enteró. Está recibiendo a su familia que la quiso ver hoy”.
"Llamé a la abuela, la única abuela que está, en Entre Ríos. Tiene 86 años. 'Habla Estela Carlotto, es para darle una buena noticia', le dije. 'Ay', dijo, 'menos mal que estoy sentada'. Tanto la buscó, tanto la buscamos todos”, dijo la presidenta de Abuelas entre aplausos y emoción.


Al día siguiente, el martes 5 de diciembre al mediodía en la sede de Abuelas (Virrey Cevallos 592) hubo una conferencia de prensa. Adriana habló ante los medios nacionales e internacionales y contó que apenas se enteró que era adoptada se presentó de forma espontánea para hacerse estudios de ADN. Luego cotejó la muestra con el Banco Nacional de Datos Genéticos. "Me enteré que no era hija biológica de mis padres un sábado y el lunes siguiente ya estaba acá para preguntar si era hija de desaparecidos, más que nada por mi fecha de nacimiento", resumió.
“Se me completó la vida”, resumió. “Aparte, la sensación fue muy distinta de pensar que había sido abandonada, regalada, vendida, no deseada, a sentir que era una persona muy querida, muy deseada, muy buscada y que tengo una familia hermosa. Tengo una Abuela, no lo puedo creer, con 40 años tengo una abuela y ayer pude hablar con ella. Es una genia, ya la quiero. Se nota que es hermosa por fuera y por dentro", agregó.
“Esto lo hago por mí para compartir esta felicidad y segundo para ver si puedo ayudar a dar el empujón a esa gente que tiene dudas. El amor vence al odio, siempre”, concluyó.


Durante el acto en el Abasto estuvieron presentes fuerzas vivas del barrio, como los Consejos Consultivos Comunales 3 (Balvanera y San Cristóbal) y 5 (Boedo y Almagro). Se vio a los integrantes de la Junta Comunal 3 María Suárez y Gabriel Zicolillo. Asistieron los legisladores porteños por el Frente para la Victoria José Cruz Campagnoli (2013-2017) y la electa Victoria Montenegro (2017-2021).
Al día siguiente, Suárez y Antolín Magallanes, referentes del Abasto, publicaron una emotiva nota sobre la relación a lo largo de los años de las Abuelas y el barrio. Bajo el título “Las Abuelas: Un Abasto proveedor de amor y búsqueda” expusieron: “El Mercado de Abasto se llamó mercado proveedor de frutas y verduras, y alimentó durante muchísimos años a esta ciudad. Por eso es lindo pensar a las Abuelas de Plaza de Mayo como un gran proveedor de amor, justicia, perseverancia y tolerancia. No muchos saben que aquí en el barrio del Abasto las Abuelas tienen su primer morada, desde la cual irradiaron el mensaje de amor a un mundo descreído que con el tiempo entendió que la consecuente tarea de encontrar a sus nietos era posible y sería una epopeya para la humanidad que busca justicia”.
“Desde este barrio siempre las admiramos y las quisimos hacer tan nuestras como al Mercado, a Gardel, o a Luca. Pero ellas fueron mucho más, siempre nos acompañaron cuando las necesitamos para una charla o una consulta. Estuvieron siempre con su increíble predica de que lo imposible se puede alcanzar. Hace ya unos años, participaron del lanzamiento del MapAbasto, un mapa que intentaba hacer un tejido en red de nuestras organizaciones locales. Allí estuvieron entre los pibes y pibas, recorriendo una exposición de fotos en su homenaje. La relación tomó mayor compromiso cuando se acercaron a la primera experiencia piloto que hacíamos en la Ciudad del Presupuesto Participativo, y en el área temática de salud, vecinos y abuelas tuvieron consenso para proponer un centro de atención psicológico para los nietos restituidos, cosa que se concretó luego de ser votado en una emocionante reunión en el teatro IFT”, sumaron.
También evocaron “los primeros Teatros x la Identidad, y el beneficio de tener en este barrio toda la tradición del teatro independiente, y las ganas de hacerlo fueron aportes que pudimos proponer para quienes admiramos tanto”. Mencionaron la creación del Observatorio de Derechos Humanos de la Comuna 3 “y que puedan participar de la Marcha de Antorchas que realizamos para conmemorar el 24 de marzo y a nuestros compañeros desaparecidos del Mariano Acosta, el Hospital Ramos Mejía y la Iglesia de la Santa Cruz”.


Mapabasto incluyó a las Abuelas de Plaza de Mayo con su sede frente al Abasto. Año 2001 (reedición 2003). En su lanzamiento, el 15 de diciembre de 2001 Abuelas participaron con un taller en un evento con varios escenarios simultáneos. Idea y conducción del Mapabasto: Casona Humahuaca, Atelier Alberto Morales y Revista El Abasto.


J.M.C

 

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Jornada por los 12 de la Santa Cruz

El viernes 8 de diciembre se hizo el tradicional homenaje a 40 años del secuestro y desaparición de los 12 de la Santa Cruz (Estados Unidos y Urquiza, barrio de San Cristóbal). En la jornada se celebró que el miércoles 29 de noviembre en Comodoro Py, el Tribunal Oral Federal (TOF) 5 difundió la sentencia por la megacausa ESMA III. El juez Daniel Obligado condenó a los pilotos Alejandro Domingo D'Agostino y a Mario Daniel Arrú a cadena perpetua. Se encontró evidencia para afirmar que participaron en el vuelo de la muerte donde se arrojó al Océano Atlántico a las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet y a las Madres de Plaza de Mayo Azucena Villalfor, Esther Careaga y Ana Bianco.


Este vuelo de la muerte ocurrió el 14 de diciembre de 1977. Luego de las tareas de inteligencia hechas por el marino Alfredo Astiz, quien también recibió pena perpetua, entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977 una patota de la ESMA secuestró a varias monjas francesas, militantes y referentes de Madres de Plaza de Mayo.
En la noche del 8 de diciembre de 1977 se celebró la fiesta de la Inmaculada Concepción de María y luego fueron secuestradas las Madres Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, la monja francesa Alice Domon, y los militantes Ángela Auad, Gabriel Horane, Raquel Bulit y Patricia Oviedo. Al día siguiente el grupo de tareas de la ESMA secuestró a Remo Berardo en su atelier del barrio de La Boca y a Horacio Aníbal Elbert y José Julio Fondevila en el bar “Comet”, en la esquina de las avenidas Paseo Colón y Belgrano. En dicha jornada también raptaron a la Madre de Plaza de Mayo Azucena Villaflor de Vicenti y a la monja francesa, Léonie Duquet.
Una vez producidos los vuelos de la muerte, el mar devolvió los cuerpos de las Madres Mary, Azucena y Esther, junto a Ángela Aguad y Leonie Duquet. La patota de la ESMA entonces quiso enterrarlas como NN en el cementerio de General Lavalle. Sin embargo, el testimonio de los habitantes de Santa Teresita y Mar de Ajó, la lucha de organismos de Derechos Humanos y el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense permitió identificarlas en 2005.
“No pudieron con ellas, ni aun la muerte. Fueron arrojados vivos al mar. En su perseverancia volvieron. Son testimonio del horror de la dictadura cívico-militar-eclesiástica que atacó nuestra Patria. Hoy sus compañeras, nuestras Madres de Plaza de Mayo son las que con coraje y valentía, enfrentan otra vez a un gobierno neoliberal legitimado por el voto del pueblo que atenta contra el Estado de Derecho, la Democracia y la Libertad para beneficiar a una minoría”, había arengado el grupo de familiares y amigos de los 12 de la Santa Cruz.

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