Restauran la Parroquia Nuestra Señora de Balvanera

El templo fue inaugurado en 1833.
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Está en plena restauración la Parroquia Nuestra Señora de Balvanera (Mitre y Azcuénaga). Un equipo de expertos trabaja para revalorizar este templo fundado en 1833, que dio nombre al barrio. Hay serios problemas de humedad. A futuro, en la iglesia del barrio se presentarán ante el Gobierno porteño para lograr financiación a través del programa de Mecenazgo del Ministerio de Cultura (apoyo económico de privados) para recuperar los cuadros de la nave central de Fusilier, los vitrales y la cúpula.

 

“El párroco nos contactó para restaurar las áreas deterioradas”, dijo la directora de obra, Giselle Canosa. Es experta en piedras y con un máster en metales arqueológicos. Fue convocada en 2016.

 

Durante la puesta en valor de una de las paredes, las restauradoras expertas en pintura, María Puig y Alejandra Ossó, encontraron que detrás de varias capas de pintura asomaba una guarda dorada, muy parecida al diseño de una flor. 

 

“Se supone que las iglesias con un trabajo tan minucioso en la cúpula y en los techos también lo continúan hacia abajo. Pero esos sectores, a lo largo de los años, suelen cubrirse por manchas de roce u otros deterioros. Así se pierde la pintura original”, dijo Ossó a Clarín. Puig sumó: “Estos templos tienen una estructura visual armónica, que nos exige una lectura visual completa. El dibujo de la pared que estamos trabajando sigue tal cual en la nave central. Es un patrón repetido: un diseño neutro para soportar la carga pictórica de los cuadros y esculturas”.

 

“El peso artístico es indudable. Los vitrales son de Francia. El altar de Italia. Los querubines y adornos pertenecen a Nicola Gulli, un escultor italiano muy presente en el espacio público porteño”, dijo Canosa y sumó: “En los laterales, sobre los muros -señala hacia arriba- hay dibujos de Adriano Bordellini, un artista italiano cuyos trabajos en las iglesias San Nicolás, Flores y Nuestra Señora del Carmen le valieron el prestigio de la época. Los religiosos le adjudicaban las obras de la nave central pero nuestra investigación demostró que no”.

 

J.C.

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