Hugo
Correa dueño
del bar El Amanecer nos cuenta
sobre lo que implica tocar
hoy en una banda
“Podrán cortar
todas las flores pero no podrán
impedir la primavera”
Por el tema
de este eje de El Abasto
me acerqué hasta
el bar El Amanecer y charlé
con Hugo, el dueño
del lugar, pero no en su rol
de propietario del, para mi
gusto, uno de los escasísimos
lugares con verdadera magia
que quedan en Buenos Aires
sino que lo hice en su condición
de cantante y autor de las
letras del grupo musical que
conforma O'Rondeman.
¿Cómo
fue que arrancaron con O'Rondeman?
Mirá, no hace tanto
que venimos tocando. Es más,
yo jamás me hubiese
imaginado que alguna vez escribiría
canciones o terminaría
cantando en un grupo. Yo iba
a la cancha de Boca y lo que
más me gustaba, más
allá del partido, era
ver como cantaba la hinchada.
Es un espectáculo.
Y yo también me ponía
a cantar como un loco. Como
todos, supongo. Bueno, también,
de chico escuchaba en mi casa
mucho tango. Supongo, que
todo esto habrá influido.
Pero
el tema es que, hace como
diez años atrás,
fui con el baterista de Las
Manos de Filippi, de quien
soy amigo a ver al Cabra,
el cantante de la banda; el
chabón vivía
en Sarandí en un piso
diez y tenías que subir
sin ascensor y Coco le dijo
que él tendría
que escribirle un tema a mi
bar. Y El Cabra, muy suelto
de cuerpo, le dijo que si
alguien tenía que escribir
eso ése era yo. Lo
miré y le dije si estaba
loco, que para él era
muy fácil sentarse
y escribir una canción
pero para mí no era
así. Y mirá
vos lo que son las cosas,
tiempo después, terminé
yo escribiéndole una
canción a mi bar. Y
así, casi sin darme
cuenta, fui arrancando. Después
cuando me largué a
cantar, tenía que encontrar
a los músicos. Todo
un tema. Bueno, encontré
a un guitarrista que era un
pibe de Coronel Suárez
que había venido a
Buenos Aires a probar suerte,
Peralta, de apellido. Y él
me presentó después
a Robert, el primer baterista
de Los Gardelitos. Yo también
soy amigo de ellos, vienen
acá al bar. Y así
arrancamos, después
hicimos un demo. De esto,
hará cuatro años
ya que estoy cantando.
¿Por
qué el nombre de la
banda O'Rondeman?
En homenaje a la historia
del bar de acá al lado,
donde empezó a cantar
Gardel. Así que ni
dudé en ponerle ese
nombre a la banda. Y gustó.
¿Cómo
se conforma el grupo?
Somos dos guitarras, un bajo,
percusión, voz y una
corista. Pero no tocamos siempre
con la misma formación,
a veces somos menos. Pero
siempre, nos juntemos los
que nos juntemos, tocamos
igual.
¿Qué
música hacen?
Mirá, hacemos un poco
de todo. Nuestro repertorio
es variado. Tenemos tangos
de hoy, temas campestres y
otros estilos también.
Un tema nuestro es “Cauno
es Cauno”, esta frase
decía en un sketch
uno de los personajes del
programa de televisión
La Tuerca. Y con mi viejo
siempre recordábamos
esa frase. Y, una vez, estábamos
con mi viejo en Rojas (Pcia.
de Buenos Aires), de donde
somos con mi familia, y vemos
a un tipo pasar en bicicleta
con un chancho debajo del
brazo. Con mi viejo estábamos
en el auto, nos miramos y
nos dijimos cauno es cauno,
que sería como decir
cada cuál con sus propios
gustos, ¿no? Además,
como decía mi viejo,
si fuéramos todos iguales
qué aburrido sería.
Tenemos
también un tema campestre,
que se llama “El Rubio
Correa”. Está
dedicado a mi abuelo, él
era El Rubio Correa, que murió
asesinado cuando mi abuela
estaba embarazada de mi viejo,
así que mi padre no
pudo conocer al suyo. Otro
tema que tenemos es “El
Ubumba”, que es un cuidacoches
de acá al lado, del
O'Rondeman, tomaba mucho El
Ubumba, hasta alcohol fino.
Y después tenemos un
tema dedicado al Diego, para
mí el mejor que se
le hizo hasta ahora, yo sé
que no está bien que
yo lo diga pero es lo que
pienso. En este tema, recorremos
toda la carrera del Diego,
desde que empezó el
2 de octubre del ´76
en Argentino Juniors en un
partido contra Talleres, hasta
su paso por todos los otros
equipos, la Selección
y después ponemos algo
personal, donde le deseamos
lo mejor al Diego, una sonrisa
a lo Gardel. Esta última
frase se la saqué,
creo que a Víctor Hugo
Morales que dijo esto, que
el Diego tiene una sonrisa
de Gardel. Tenemos este tema
en versión disco y
en versión tango, también.
¿Y
te acordás la primera
vez que cantaste, cómo
fue?
Sí, me dio mucho pudor.
No miraba a la gente a la
cara. Pero aún hoy
sigo haciendo eso. Yo canto
pero no me considero músico,
ni cantante, yo soy mozo.
Pero mucha gente que va a
ver nuestros shows, que no
nos conocen, nos piden discos,
esto nos sorprende y alegra
mucho. Además, hasta
tengo el orgullo de ser, algo
así como la banda soporte
de Che Chino, que es el grupo,
algo así como de tango,
que tiene El Cabra, el cantante
de Las Manos de Filippi. Lo
que él hace con Che
Chino gusta mucho. Es un letrista
del carajo, para mí
está a la altura de
un Discépolo, mirá
lo que te digo.
¿Y
tuviste cambios en la conformación
de O'Rondeman?
Sí, el guitarrista
con el que estaba al principio
se volvió a Suárez
y ahí arranqué
con Bernie que es el guitarrista
de Las Manos... Y así
fuimos armando la cosa.
¿Y
dónde tocan?
Nosotros ya antes de Cromañón
veníamos tocando. Pero
ahora se complicó mal.
No se puede tocar en ningún
lado. No hay lugares para
tocar, no hay nada. Nosotros
antes tocábamos acá,
en mi bar, en El Amanecer
y en otros lugares también,
participamos de recitales
con la gente de la FUBA. Pero
ahora no se puede tocar en
ninguna parte. Todo esto forma
parte de una bajada de línea
socioeconómica mucho
más fuerte de lo que
nos imaginamos, la idea es
hacer desaparecer todos los
lugares chiquitos donde tocan
bandas y donde va el público
que no es gente acaudalada.
Porque es en estos lugares,
precisamente, donde se arman,
las «revoluciones culturales»,
porque de estos lugares salen
las expresiones más
fuertes del pueblo. El tango
tuvo su origen en el arrabal
mismo y nosotros somos eso,
arrabal. Entre Luca y Gardel
estamos. Pero Gardel de verdad,
El Maestro, y no la fantochada
esa que le hicieron de monumento,
que es una falta de respeto
atroz. Y ni hablar del O'Rondeman
que dejaron que desapareciera,
eso es una mancha para siempre
para todos los porteños.
Nadie hizo nada por eso, ni
la Secretaria de Cultura,
ni la Asociación Gardeliana,
nadie. ¡Y esto a mí
que nadie me lo venga a discutir!
Todo esta cuestión
de cerrar los lugares chicos
es para que no pienses, no
cuestiones, para que te quedes
tranquilo en tu casa mirando
a Tinelli y no jodas. Por
eso, también, se sigue
cantando “Melodía
de arrabal” y toda esa
cantidad de tangos viejos,
pero ¿qué más
le podés hacer a esos
tangos? Ya los cantó
Gardel y cuántos más.
Entonces, ¿para qué
lo vas a seguir haciendo?
Hay que hacer cosas nuevas,
que es lo que hacemos nosotros.
Tango en zapatillas. Ellos
prefieren que la gente escuche
a Ileana Calabró y
no a gente que en su música
los critican, no les conviene,
o si no quieren el target
de toda la gente que va a
La Trastienda, que es de Telerman.
Toda la idea se concentra
en aquellos que tienen plata
y poder para comprar, entonces,
si algo no es cheto no sirve,
para ellos. Y se olvidan de
que el tango viene de unos
orígenes que de cheto
no tiene nada. Pero ahora
es una locura, no te quieren
dejar hacer música.
Nosotros no prendimos fuego
a Cromañón.
¡Veinticinco años
de democracia para no poder
tocar la guitarra! ¡Es
ridículo!
¿Y
el tema de grabar para un
grupo chico cómo es?
Mirá, grabar no tiene
límites en cuanto al
perfeccionamiento de lo que
uno está haciendo con
su música pero todo
eso sale dinero de acuerdo
con las horas de ensayo. Pero
ahora con tanta tecnología
y tanto avance se facilita
a las bandas, difundir lo
que hacen, que podamos vender
nuestros discos. Y vos pensá
¿a las compañías
de música les interesará
que todos nosotros, los pichuchos,
podamos salir a vender nuestros
discos sin que estén
ellos de intermediarios y
encima no tener el control
sobre lo que decimos? Entonces,
con todo esto de impedir que
haya lugares para tocar, la
idea es cortar con esto también,
de que podamos salir a vender
nuestra música, de
que salgamos a cuestionarlos.
Por todo esto, formamos parte
del MUR (Músicos Unidos
por el Rock) para cambiar
un poco esto. Nosotros empezamos
con el MUR cuando estaba Ibarra.
Porque no puede ser que venga
cualquier cantante que cante
en inglés y la Secretaría
de Cultura le pague u$s 100.000
y que para todos los pibes
que hacen música en
la ciudad no haya nada. ¿Y
cómo hacen estos pibes
entonces para seguir tocando?
Porque hay gastos, sala de
ensayo, etcétera. Nosotros
armamos toda esta movida del
MUR no solamente para nosotros
sino, fundamentalmente, para
todos los pibes que vienen
atrás.
¡La
rebeldía del rock!
Si no estás dentro
de una compañía
que te taladra lo que ellos
quieren no sonás en
ningún lado. ¿Qué
banda, hoy por hoy, dentro
del país ocuparía
el espacio de rebeldía?
La Bersuit, ¿no? Bueno,
y los de la Bersuit son unos
cipayos, unos traidores de
lo peor. Ellos juntos a la
gente de Universal. La Bersuit
se cansó de llenarse
de guita con el tema Sr. Cobranza
y jamás dijeron una
palabra que ese tema es de
Las Manos de Filippi. Nunca,
se hacían los boludos
en las entrevistas: no, que
es un tema del pueblo. ¡Qué
mierda va a ser del pueblo,
hijo de puta, ladrón!
Pobres los pibes que tienen
a La Bersuit como una banda
que tiene aguante, que son
del palo, ¡cómo
se van a decepcionar! No hay
rebeldía en el rock.
¿De qué rebeldía
me hablan? ¿Cuál
es la rebeldía de Charly?
¿Pegarle a un asistente?
¿romper un equipo?
No me hagas reír. Aunque
el tipo sea un genio no tiene
nada que ver. ¿Acaso
no pasa nada acá para
rebelarse con todo lo que
pasa a nivel social? Pero
es así. A los músicos
consagrados jamás los
escuché protestar contra
los lugares chicos que están
cerrando, ellos atienden su
quinta y nada más.
¿Y qué les vas
a decir? Son empleados de
una multinacional. Pero, mirá,
el tema de la música
en sí es tan fuerte
como la humanidad, por eso,
que viene bárbara esta
frase del Che, creo, “podrán
cortar todas las flores pero
no podrán impedir la
primavera”.
Marcelo Saltal
Revista El Abasto,
n° 83, diciembre 2006.
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