Un reencuentro
con nuestro pasado tanguero
Roberto
Rufino
Roberto Rufino
fue un cantor abaritonado que
de algún modo impuso
su estilo. Como músico
fue muy completo: tocaba el
piano y la guitarra. Además
compuso varios tangos como:
“Eras como la flor”,
“Calla”, “Como
nos cambia la vida”, “Un
rubio mi amor” y “Manos
adoradas” (que le dedicó
a su madre y cuyo último
gran intérprete fue Sandro
el año pasado).
Estuvo en diversos conjuntos:
con Antonio Bonavena y luego
con el maestro Carlos Di Sarli.
Y con Miguel Caló, con
Francini-Pontier, con Enrique
Mario y con Aníbal Troilo.
Logramos contactar
a Perla de Rufino, quien tuvo
la gentileza de pasar por nuestra
redacción provista de
un archivo de fotografías
increíbles. Su pasión
por su difunto esposo puede
resultar unilateral, pero sin
duda doña Perla fue el
complemento perfecto para un
hombre como Rufino quien -según
parece- siempre mantuvo un perfil
bajo y una humildad muy llamativa.
Roberto Rufino
nació en Zelaya, en 1922,
en pleno barrio del Abasto.
La familia Scioli fue vecina
y amiga de los Rufino al igual
que los Zucker y que Virginia
Luque de la misma cortada. También
los Napolitano y los de las
lámparas Ronda.
Perla cuenta que Roberto Rufino
comenzó a cantar con
la barra de amigos en la esquina
y debutó con pantalones
cortos en el año ´35
en el O´Rondeman, al igual
que Gardel que en ese momento
estaba de gira internacional.
Roberto Rufino fue la excusa
para varios vecinos que visitaban
cabarets donde él cantaba,
también de muy jovencito.
Perla
vivió con él en
la casa de los Rufino hasta
que pudieron mudarse a un departamento
propio en el Once. Más
tarde adquirieron un chalet
en Martínez donde hoy
vive ella envuelta en los recuerdos
de este gran músico.
Dice que su casa tiene algo
de museo, debe ser digna de
ver. También nos contó
que su idea es lograr un museo
de Rufino en el barrio del Abasto
y sus trámites han sido
presentados ante Telerman del
GobBsAs y Scioli del gobierno
nacional. Su sueño es
que esté en la esquina
de Zelaya y Agüero, lo
cual a mí me parece fabuloso.
Ella también quiere que
Zelaya se pase a llamar Rufino
y está tramitando con
la casa de lámparas,
Ronda, de Agüero y Zelaya
para que le coloquen un cartel
luminoso con la foto del cantor.
El cantor
tiene una esquina con su nombre
en Corrientes y Maipú.
Aguero
y Zelya, Fabrica de Arañas
Ronda
Rafael Sabini
revista El
Abasto, n°49, septiembre
2003.
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