Encuentro
con Alfredo Genovese
Tratando
con un fileteador porteño
Situados
hoy y aquí sabemos
que para nadie es fácil
vivir del arte. Entiendo
que vos vivís del
fileteado, ¿querés
contar cuales son los modos
de ingreso económico
que tenés?
Alfredo Genovese: Hago este
trabajo desde hace 20 años.
En ese tiempo tuve la suerte
de experimentar mucho con
el pincel y con todas las
aplicaciones posibles del
fileteado. Digamos que en
mi caso, dentro de la profesión
o el oficio de fileteador
que desarrollo, existen
varias actividades diferenciadas
que me permiten vivir. En
primer lugar, como artista,
con la venta de mis obras,
que por lo general se realiza
en exposiciones y muestras.
En segundo lugar con las
clases, ya que me especialicé
en este tema desde 1998;
encontré que existía
demanda para la enseñanza
de este arte y muy pocos
fileteadores que quisieran
enseñar. Así
que desarrollé un
programa didáctico
que fui mejorando con los
años y que culminó
con la publicación
de mi libro, el Tratado
de fileteado porteño,
que ya agotó la primera
edición. Y ahí
tenés otra actividad,
la editorial. Por último,
trabajo también aplicando
el fileteado al diseño
publicitario, para particulares
y empresas, sobre vestimenta,
objetos e incluso sobre
el cuerpo, ya sea haciendo
bodypaint o tatuaje.
Y precisamente el bodypainting
es mi segundo trabajo, casi
un entretenimiento, en el
que me especialicé
a partir de la campaña
realizada para Muchmusic
en 1999.
¿Vos
te ves obligado a hacer
muchos malabares para vivir
del arte?
No, pero hago mucho esfuerzo
por mantener la calidad
de mi trabajo, en todos
los frentes. Es decir, tenés
que invertir ingenio y esfuerzo
para dedicarte bien a esto.
También es muy importante
para mí poder formar
mi propio equipo de trabajo.
El
Tratado de fileteado
porteño que
presentaste en el barrio
a fines del 2003 ¿se
vendió como esperabas?,
¿se vienen reediciones?,
¿tenés otras
publicaciones?
El Tratado de fileteado
fue un éxito. Se
agotó la primera
edición de 2000 ejemplares
en menos de un año
y a fin de este año
lo reeditaré en inglés
y en español. Además,
estoy por editar un nuevo
libro de fileteado que presentaré
en muy poco tiempo.
Nuestra
experiencia y visión
es que el GCBA cuando contrata
artistas intenta conquistarlos
más que pagarles.
¿Qué experiencia
tenés respecto a
los encargos que te hace
el GCBA?
Nunca tuve la ocasión
de realizar trabajos para
el GCBA, calculo que porque
carezco de buenos contactos
allí y porque seguramente
saben que les voy a cobrar.
Es más, tuve un muy
buen curso de fileteado
en el Centro Cultural General
San Martín y me echaron
por diferencias con sus
directivos. Recuerdo que
me dolió bastante
esa torpeza institucional.
De todos modos, algún
día me gustaría
mucho poder realizar algo
para la ciudad en que nací
y vivo sin tener que meterme
necesariamente en la política.
¿Cobraste
por haber sido jurado en
los fileteados de Jean Jaurès?
¿Estás conforme
con esa participación?
El trabajo de curador -más
que de jurado- en el concurso
organizado por el Museo
Casa Carlos Gardel fue una
experiencia interesante.
El concurso fue muy bien
organizado por la gente
del Museo y mi trabajo en
principio consistió
en asesorarlos en cuanto
a las bases y la calidad
de las presentaciones que
hicieron los artistas, por
cierto muy buenas. Luego,
tuve que encargarme de calcular
los materiales que se iban
a utilizar, andamios incluidos
y supervisar de cerca cómo
se desarrollaba el trabajo
porque hubo muchos imprevistos
que fueron demorando el
desarrollo del concurso.
El Banco de la Ciudad puso
el dinero para el premio
del concurso y mis honorarios.
R.S.
Revista El Abasto, n°
67, julio 2005.