Barrio
de tango
A
decir verdad el tango no comenzó
con el Morocho, incluso en el
barrio este ritmo ya estaba
radicado. Se bailaba en las
calles y en lugares de baile.
Entre ellos en el Garibotto
de Pueyrredón y San Luis,
que se considera junto a Domíngez
y el Marzotto, la cuna del tango.
Es imposible en un corto artículo
incluir a todos los creadores
que hayan pasado por el Abasto,
dejando una huella profunda
en la historia del tango así
sean autores, compositores,
intérpretes, cantantes
o bailarines. Pero haremos un
intento.
Ovidio
José Bianquet, tal vez
más conocido por el apodo
que le puso su madre: El Cachafaz,
es considerado prácticamente
el mejor bailarín de
la historia del tango. Su genialidad
y su fama lo llevan en 1911
y 1920 a presentarse en escenarios
de Estados Unidos y Europa.
También funda su propia
escuela. Aunque nacido en Barracas
adornó el barrio del
Abasto en su juventud con su
espectacular modo de bailar
el tango. En la esquina de Tucumán
y Anchorena o en Agüero
y Lavalle los transeúntes
y puesteros pudieron deleitarse
viendo las maravillas de sus
cortes y quebradas y acercarle
unas monedas por su maestría.
Acá en el barrio lo denominaron
«El bailarín del
Abasto». Tras su ejemplo
nacerán incontables centros
de baile en torno al Mercado:
entre otros Los Cabreros en
Tucumán y Anchorena,
El Gran Bonete sobre Sánchez
de Bustamante y el del propio
Cachafaz en el teatro Olimpo
de Pueyrredón el cual
será el primero en atraer
damas de sociedad porteña
interesadas en el tango (desde
luego ya aceptado por los cabarets
franceses). Años más
tarde saldrá de un club
del Abasto el joven Juan Carlos
Copes, reconocido como uno de
los mejores bailarines y coreógrafos
de la actualidad. Redondeando
la vida de El Cachafaz: en 1942
bailando el tango con Carmencita
Calderón, su compañera
artística desde 1933,
en El Rancho Grande de Mar Del
Plata, muere de un infarto al
corazón.
Otros
músicos del barrio que
hicieron historia fueron los
hermanos José y Miguel
Tanga, que estuvieron en la
orquesta de Fransisco Lomuto
y en la de Manuel Pizarro en
París, autores de obras
como «Llegaste tarde»
y «Sorpresa», grabada
por Gardel. Manuel Pizarro dirigía
una orquesta integrada por músicos
del Abasto. Los tres hermanos
del director Domingo, Salvador,
y Juan, El Tano (Genaro Expósito),
los dos hermanos Tanga, Carlos
Filipotto, Godofredo Minet y
Eduardo Blotz. Esta orquesta
fue de las primeras que llevaron
el tango a, «la ciudad
luz», mucho antes que
llegara allí Gardel.
El afamado cabaret donde actuaban
-y donde más tarde también
se presentó el Morocho-
se llamaba El Garrón.
Manuel Pizarro es compositor
de, entre otros tangos: «Todavía
hay otarios», «Noches
de Montmartre» y «Una
noche en El Garrón».
Lucio
Demare: pianista, director y
compositor de «Malena»,
«Dandy», «Tal
vez será su voz».
Lucas Demare nació en
1910 en el barrio del Abasto.
Comenzó su vida artística
como ejecutante de bandoneón.
Junto a su hermano Lucio, Agustín
Irusa y Roberto Fugazot integrará
el cuarteto que durante años
actúa con cierto éxito
en Francia y España.
El
famoso director de orquesta
Osvaldo Pugliese vivió
en la calle Corrientes 3742.
Aníbal
Troilo, «el bandoneón
mayor de Buenos Aires».
Nació en 1914 en el barrio
del Abasto. Fue bandoneonista,
compositor y director de una
de las más importantes
formaciones musicales del tango
argentino. Desde joven actuó
en diferentes grupos, tríos,
quintetos, sextetos, acumulando
la experiencia que lo llevaría
a formar la orquesta típica
que con diversos vocalistas,
entre los que se podría
destacar a Roberto Goyeneche,
y sus propias composiciones,
representará una de las
más acabadas formas del
tango de los ´40. Entre
los títulos heredados
se destacan los que realiza
en colaboración con poetas
de la talla de Homero Manzi
y Cátulo Castillo, «Sur»,
«Barrio de Tango»,
«La última curda»
y «Desencuentro».
Aníbal Troilo Falleció
en 1975.
Roberto
Rufino nació en el barrio
del Abasto en 1922. Cantor y
compositor de tangos, entre
ellos «Como nos cambia
la vida» y «Eras
como la flor». Pasó
por diversos conjuntos: de joven
en el de Antonio Bonavena, luego
fue cantante de Carlos Di Sarli.
Posteriormente pasó por
los conjuntos de Miguel Caló,
Francini-Pontier y Aníbal
Troilo.
Virginia
Luque, nació en Laprida
(Agüero) 742. De pequeña
ingresó al Teatro Municipal,
luego tuvo una larga carrera
cinemato-gráfica, paralelamente
se comenzó a desarrollar
como cantante.
A
continuación mencionaré
una serie de importantes persona-lidades
del tango provenientes de nuestro
barrio. El cantor Roberto Rufino
nació en la cortada Zelaya.
José
Durán, cantor que vivió
en Corrientes 3140. José
Cicarelli, estrenó cantando
«La copa del olvido».
Juan Carlos Rodrígez,
autor de «¡Qué
papita!» y «Mandria».
El bandoneonista José
Antonio Scarpino que compuso
«Canaro en París».
Guillermo del Ciancio, autor
de «Giuseppe el zapatero»
que grabará Gardel. José
María Tagini, creador
de «La gayola»,
«Mano cruel», «Misa
de Once». Roberto «Leoncito»
Beltrán; cantor de Edgardo
Donato y de Alberto Pugliese
y de Osvaldo Pugliese. Lorenzo
Traverso, amigo de El Morocho,
es autor de «Pobre percanta»
y «Uno y uno». El
cantor Carlos Aguirre que vivió
en Tucumán y Ecuador.
Alberto Vacarezza autor de cientos
de sainetes y tangos como «Araca
corazón»y «Padre
nuestro». Elías
Alippi, destacado bailarín
de tango y también actor.
A
decir verdad el tango tiene
una impresionante historia en
el barrio. El tango estuvo estrechamente
ligado a la gran inmigración.
El sexo femenino suele catalogarse
en dos, minas, de las que sobran,
y pocas mujeres. El tango describe
un descontento, al contrario
de prácticamente todas
las danzas populares. Tiene
una gran carga de introspección,
ahondando en cuestionamientos
metafísicos; nuestra
pequeñez en este mundo
lo cual según Ernesto
Sábato no es extraño
teniendo en cuenta que como
cultura ni siquiera contamos
con el respaldo milenario con
que cuentan, por ejemplo, los
europeos. Enrique Santos Discépolo,
quien según el mismo
Sábato es el creador
máximo del tango, describió
esta música de la siguiente
manera: «Es un pensamiento
triste que se baila».
En
ese entonces el compadre era
el rey del suburbio. El lunfardo
se desarrollaba, como mezcla
de dialectos italianos con castellano,
para servir de lenguaje común
para cierto sector marginado
que no le interesaba ser entendido,
más que nada por la policía.
Hoy
la situación no es exactamente
la misma; sin embargo, que gran
vigencia tienen sus letras...
Ulises
Karlson
Fuentes:
Julio Tatar, Arnaldo Cunietti
Rerrando, El libro del Abasto,
Edic. del Nuevo Milenio, Bs.
As. 1998.
Horacio Salas, El tango,
Planeta, Buenos Aires, 1997.
José Gobello, Letras
de tango, Nuevo Siglo,
Buenos Aires, 1995.
Publicado en
la revista El Abasto,
n°5, septiembre 1999.
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