La
recolección de residuos:
cuestionada
Recicladores urbanos, así
como organismos que defienden
la ecología, denuncian
que el proyecto de recolección
de residuos del jefe de
Gobierno, Mauricio Macri,
contempla el pago a las
empresas por tonelada y
no por zona limpia.
Cristina
Lescano, de la cooperativa
El Ceibo de Palermo
denunció a Télam
que cambiaron el pago por
tonelada en vez de zona
limpia bajo pretexto de
ahorrar dinero y que a su
vez dividieron la ciudad
en menos empresas. Ellas
sostiene que los “recicladotes
urbanos” bien pueden
hacerse cargo de los residuos
secos, pero que no está
contemplado en los borradores
a los que tuvieron acceso
hasta el momento. “Además,
si no ponen herramientas,
camiones y logística,
no sirve para nada”.
E insitió en que
“cuando el proyecto
llegue a la Legislatura
vamos a ver qué pasa,
porque si todo sigue tal
cual parece, nosotros estaríamos
condenados a trabajar gratis
y marginalmente de por vida,
y por más que nos
prometan que vamos a estar
incluidos en un apartado,
por decreto, no creemos
nada hasta que no veamos
los resultados”.
Mientras,
desde Greenpeace
vienen denunciado el no
cumplimiento de la ley “Basura
Cero”, pese
a la campaña publicitaria
que implementó el
gobierno porteño
y que implica separar residuos
entre secos y húmedos.
De dicha organización,
Eugenia Testa, envió
un comunicado donde denuncia
que el ministro de Medio
Ambiente de la Ciudad, Juan
Pablo Piccardo, “condenó
como fracaso a los contenedores
argumentando que los vecinos
no separan los residuos,
cuando el gobierno aún
no ha realizado una campaña
pública educativa
para su implementación
y la ciudad no ha sido cubierta
en su totalidad con los
contenedores diferenciados”.
Personalmente
no me termina de quedar
del todo claro el beneficio
de la diferenciación
entre residuos húmedos
y secos. Eso, sin lugar
a duda implica que alguien,
léase “recicladotes
urbanos”, escarben
en la basura seca buscando
lo reciclable. ¿No
genera eso un oficio de
mierda (con perdón
de la expresión)?
¿Por qué
no vamos por una separación
mayor –orgánico,
papel y cartón, vidrios,
plásticos, pilas,
remedios, etcétera–
de una vez por todas
y le buscamos otra solución
de vida a esta gente?
En muchos países
europeos funciona así.
¿Sería eso
imposible acá?
Ojo,
no me malinterprete, esta
reflexión no quita
que opine que el
manejo de la basura por
peso sea una aberración.
R.S.
12 de agosto de 2008