Un breve
recorrido del cine internacional
hasta la posguerra...
Thomas
A. Edison no solamente llegó
a juicio luchando por hacer
suyo el invento del cine.
Más aún, lo
defendió -incluso
a tiros- contra los llamados
"productores independientes"
que vieron en la costa oeste
de ese país -lejos
de Edison- el lugar ideal
para desarrollar su negocio.
Nace Hollywood con sus grandes
productoras. Estos estudios
buscaron controlar íntegramente
la producción fílmica.
Contrataban directores y
actores como meros empleados
a sueldo, bajo contratos
leoninos siendo incluso
común la práctica
de "prestarse"
directores y actores entre
sí. Charles Chaplin,
Douglas Fairbanks y Mary
Pickford se rebelaron contra
esto -pudiendo hacerlo por
su gran éxito comercial-
creando un nuevo estudio
para ellos solos: United
Artists. Otros quedaron
afuera. Se habla así,
de la producción
hollywoodense (principalmente
entre las décadas
de 1910 y 1950), como de
"cine de productor",
en donde contaba más
el peso del productor que
conseguía el financiamiento,
que el director encargado
de plasmar una visión
artística.
Mientras
tanto, el cine en Europa
seguía otros caminos.
Allí, el sentido
del negocio no era tan acentuado.
La Primera Guerra Mundial
implicó un atraso
para el desarrollo del cine
europeo. El movimiento más
importante en esos años
fue el expresionismo, cuyo
punto de partida suele fijarse
con la película "El
gabinete del doctor Caligari"
(1919), y cuya estética
bizarra y alienada respondía
a los miedos de la Europa
de postguerra, seguida después
por "Nosferatu el vampiro"
(1922). También,
en paralelo al movimiento
surrealista en pintura y
literatura, surgió
un cine surrealista, cuyo
exponente más célebre
es "Un perro andaluz"
(1925).
Para
esta época también
el modo de filmar sufrió
una gran revolución.
Contra los primeros cineastas
que habían concebido
al cine como "teatro
filmado" -con escenarios
de telones pintados y una
cámara estática-
hubo directores que fueron
aprendiendo técnicas
que hoy por hoy parecen
básicas, como mover
la cámara o utilizarla
en ángulo y que de
alguna manera revolucionaron
el cine. Dos cineastas fueron
claves en este proceso.
En Estados Unidos, David
W. Griffith, con "El
nacimiento de una nación"
(1915) e "Intolerancia"
(1916), con él, dicen,
nace de verdad el lenguaje
cinematográfico.
En la Unión Soviética,
Sergei Eisenstein, sacude
con películas claves
como "El acorazado
Potemkin” (1925) u
“Octubre” (1928).
La siguiente gran barrera
fue incorporar sonido a
las películas. En
1929, los estudios Warner
Bros., que se encontraban
en una muy delicada situación
financiera, apostaron por
integrar un nuevo sistema
de sonido en "El cantante
de jazz", la primera
película sonora de
la historia. Ante el éxito,
los grandes estudios montaron
sus propias películas
sonoras, y pronto el cine
mudo pasó a ser algo
del pasado.
Para
la Segunda Guerra Mundial,
la maquinaria productiva
de Hollywood estaba tan
bien engrasada, que los
estudios pudieron prestar
activos servicios creando
películas propagandísticas
de apoyo a Los Aliados;
contra de El Eje. Pero una
vez terminada la conflagración,
Hollywood experimentó
problemas. Por ejemplo,
hubo juicios contra los
estudios por el monopolio
que ejercían, además
vino la popularización
de la televisión.
Las series de televisión
barrieron con las series
de matinée, y los
noticiarios televisivos
reemplazaron a los cinematográficos.
En un tiempo, se pensó
que la televisión
acabaría con el cine.
Hollywood respondió
reforzando los aspectos
en los cuales la televisión
no podía competir,
concretamente la espectacularidad.
Así, el género
épico experimentó
un nuevo auge, con filmes
como "Sinuhé
el egipcio" o "Ben-Hur".
Todos ellos se beneficiaron
de avances técnicos
como la pantalla panorámica
e innovaciones como el cinerama
o el cinemascope. Y se consolidó
el cine de color (aunque
existía un procedimiento
llamado autochrome ya en
tiempos de "El mago
de Oz" de 1939 y en
Italia se pintaba directamente
la película en la
década del ´10).
Impregnados
del espíritu de las
"vanguardias artísticas"
de la primera mitad del
s. XX, en Europa comenzó
la experimentación
formal, que llevó
a la creación de
nuevas formas fílmicas.
Por ejemplo, el neorrealismo
italiano en los ´40
o en Francia, la nouvelle
vague en los ´60.
También el "cine
de autor", o sea del
director, frente al cine
holly-woodense, que reivindicaba
la mirada artística
y personal del director,
por encima de las exigencias
comerciales. Esto le abrió
las puertas a cineastas
con propuestas tan personales
como Ingmar Bergman, o Andrei
Tarkovski, por ejemplo,
además de allanar
el camino para cineastas
no europeos, como por ejemplo
el japonés Akira
Kurosawa. Como toda regla
tiene sus excepciones, también
EE.UU. tiene su cine de
autor y el resto del mundo
su cine comercial.
U.K.
Bibliografía: La
Nación, “Cien
años de cine”.
<Wikipedia>. <virtuxweb.com>,
<acmi.net.au>, <cs.brown.edu>
.
Revista El Abasto, n°
86, abril, 2007.