La calle
Humahuaca, entre Bustamante
y Billinghurst, de vez en
cuando se viste de fiesta.
El sábado 26 se armó
una Cumbre de Juegos
Callejeros y encima
de eso, más tarde
una Milonga de la Calle
Humahuaca. ¿Querés
saber quiénes son
esos locos lindos?
La calle de fiesta
Me acerqué
para charlar con algunos
de los organizadores de
la Cumbre de Juegos Callejeros
(CUJUCA) de la cual la última
se pudo disfrutar el 26
de mayo en Humahuaca y Sánchez
de Bustamante. Este grupo
recrea situaciones -en plena
calle- de juegos tradicionales
como la perinola, la payana,
el yo-yo, el balero, el
metegol, el sapo, rondas
de todo tipo, juegos de
persecución (como
la mancha o poli-ladron),
carrera de embolsados, carrera
de zancos, rayuela, con
pelota, y sin duda otros
que ahora olvido. Además
tienen en cuenta espacios
para leer historietas, dibujar,
hacer avioncitos de papel,
títeres y una carpita
de los recuerdos…
De la treintena de integrantes
de dicho colectivo serán
Leandro, Cheva, Guille,
Melina y Eva los que se
quedaron un sábado
luego de una reunión
para contarnos un poco de
lo suyo. Desde un principio
este grupo, me cuentan,
estaba mayoritariamente
compuesto por educadores
por el juego, pero ahora
habría cada vez más
gente que no lo es, tanto
que hoy por hoy son mayoría
los aficionados o los profesionales
de otras orientaciones.
¿Cómo
nació esto del Cujuca?
Cheva: “El Cujuca
fue una idea de Guille y
del Negro un poco para festejar
el cumpleaños de
la Casona. Como Guille es
profe en el Instituto del
Tiempo Libre y Recreación
hizo una convocatoria para
quien quiera unirse a la
idea de seis encuentros
de preparación para
un evento. Se gestó
el grupo que ellos dos coordinaron.”
Guille: “Bueno, amplío
un poco más, porque
Cheva está desde
el año pasado. Desde
los siete años que
abrimos la Casona siempre
se hizo una actividad. Se
hicieron dos rallys. Uno
por el barrio. Después,
en el 2005, se hizo Caravana
Abasto y el año pasado
una Cumbre de Juegos que
fue muy bueno en impacto
social, solidario, cooperativo,
cultural, afectivo, fue
maravilloso. Después
se hizo siete veces en distintos
lugares, como en el Congreso
de Madres, en Zelaya, en
la inauguración del
Centro de Salud n° 11
del barrio. Y este año
se volvió a hacer
justamente por la potencia
de lo que tiene. Como recurso
en sí es un dispositivo
muy simple, pero sirve para
que las instituciones del
barrio puedan acomodarse
y encuadrar.”
Recuperando
espacio y modo de organización
Luego Cheva cuenta que el
juego es simple, pero no
la puesta. Porque hay una
serie de cuestiones que
hace que no sea simple.
La coordinación pasó
de estar en mano de dos
personas a ser coordinada
por un grupo. Eso implica
trabajos internos para un
buen funcionamiento grupal.
E insiste: “la convocatoria
sigue abierta así
que se amplía”.
Sintetiza Leandro: “El
evento en sí es simple,
pero la funcionalidad interna
es compleja.” Y Guille
enfatiza: “El encuentro
se basa en viejos juegos
tradicionales que, casi,
todos conocemos. La complejidad
para realizarlo es porque
necesita mucha coordinación
entre los humanos que lo
hacen. Lo simple es que
se hace una rayuela y una
persona que lo coordina.
Eso es lo simple.”
Cheva
cuenta sobre el objetivo
que más allá
de pasar un buen rato implica
“la recuperación
del espacio público.
Que se conozca la gente.
Por ahí uno vive
en una cuadra donde no conoce
a nadie. Esto por ahí
antes no pasaba. Antes se
conocían los vecinos,
por eso la idea es recuperar
eso. El vínculo conlleva
mucho bueno: hacer cosas,
engendrar movimientos, luchar
por ciertas cosas. Todo
esto apunta a recuperar
el juego y el espacio que
por un tema de inseguridad
se está perdiendo.”
Ecuación
por el juego
Leandro explica que el juego
además es educativo:
“mediante la competencia
mal aplicada se pueden transmitir
la adversidad, la rivalidad,
el querer únicamente
ganar, o sea malos valores.
También se pueden
aplicar otros valores no
sólo mediante la
competencia sino también
mediante la cooperación.
Todo mediante el juego en
sí. Nosotros tratamos
de educar a través
del juego.” A lo que
Guille profundiza: “el
juego se juega en un encuadre
con principio, proceso,
final, tiene reglas acordadas.
Hay pautas que implican
una serie de valores, que
en definitiva se van respetando,
que permiten una mejor convivencia.
En la escuela nunca nos
han enseñado el trabajo
en los recreos, siempre
fue liberado y una maestra
mirando para que no se lastimen
los pibes. Pero no participando
activamente para que los
chicos puedan trabajar en
una conviviencia y después
correrse para que puedan
convivir. Porque hay cierta
tendencia a la violencia.
Es común que uno
de quinto grado le imprima
la potencia de que le lleva
tres años a uno de
segundo. Sin embargo, está
demostrado que cuando dos
chicos de diferentes edades
y diferentes pensamientos
son intervenidos por un
adulto, que les marca los
puentes-vínculo y
después se retira
ese vínculo mejora,
porque ya no existe el aprovechamiento.
Por lo tanto hoy hay un
trabajo en varias escuelas
donde el recreo forma parte
de la educación y
no es sólo un descanso
para los docentes. Con el
juego podés trabajar
la comunicación,
la cooperación, la
pertenencia, la identidad,
la solidaridad, información
como algún dato.
Podés trabajar historia.
Un chico bien predispuesto
y atento, aprende y se va
educando.”
Cumbre
y Milonga, ¿son el
mismo grupo?
Me cuentan que La Milonga
y la Cumbre no necesariamente
son la misma gente. Cuentan,
respecto a este 26 de mayo,
que confluyeron medio de
casualidad. “La Cumbre
se armó y tenía
fecha para el 26 de mayo
y por otro lado La Milonga,
junto con emprendimientos
del Borda, estaba proyectada
mucho antes, para marzo
y no se pudo hacer. Finalmente
nos arriesgamos e hicimos
las dos fechas juntas. Son
colectivos diferentes, aunque
hay algunos que participan
en varios espacios. El sábado
se mezclaron y hubo mucha
vinculación entre
pacientes del Borda, terapeutas,
cujucas, casoneros, milongueros,
vecinos y gente de la red
del Abasto, e hizo un ambiente
muy rico” cuenta Guillermo.
¿Cómo
sigue? ¿Se viene
otra Cumbre?
Guille: “El sábado
que viene hacemos un Cujuca
que es independiente y que
nosotros apoyamos en Ciudad
Oculta, de nuevo. El sábado
30 de junio tenemos la Fogata
de San Pedro y Pablo que
organiza Casa Abasto y su
juegoteca e implica quema
de muñecos y objetos
de madera y se hace en Zelaya.
Desde la Vereda y la Casona
salen cada una con una caravana
hacia Zelaya quemando muñecos.
Rafael Sabini