Cómo
nos rige el capital financiero
Es indudable que estamos
viviendo y sufriendo un
equívoco proceso
de tentaciones y comodidades
por un lado y de uniformación
cultural, alimentaria, consumidora,
pérdida creciente
de autonomía por
el otro.
Tomemos
el ejemplo de las tarjetas
o dinero plástico.
Los titulares del capital
financiero fueron dándose
cuenta de la enorme rentabilidad
que significaba pasar a
administrarle sueldos, ahorros,
jubilaciones, a veces míseras,
a la masa poblacional. Administrando
fondos de mil pesos a millones
ganaban más que administrando
millones a miles.
Voy
a ponerme como ejemplo.
Desde hace un año
recibo una jubilación
del exterior, de un monto
mínimo, no llega
a mil pesos argentinos.
Hasta fines del año
pasado podía retirar
de mi cuenta con tarjeta
de débito, si tenía
el saldo suficiente, hasta
2000 pesos por vez. Con
el cambio de año,
hubo una llamativa unificación
de topes: en todos los bancos
no se podía retirar
por vez, más de 1050
pesos.
Por
ese entonces, el banco emisor
aumentó en un 33%
el monto de “gastos
bancarios”. Ahora
acaban de reducirse los
topes de extracción.
Hagamos
una tablita esclarecedora:
Aum.
Aum.
escalonado
acumulado
Oct. 2006, hasta $2 000,
gtos. banc. $12,50 / 0,625
%
Dic. 2006 hasta $1
050, gtos. banc. $12,50
/ 1,2 % 92%
92
%
Ene.2007 hasta
$1 050, gtos. banc. $18
/ 1,7 % 42
%
172 %
Jul. 2007
hasta $ 620, gtos. banc.
$ 18 / 2,9 %
70 %
364 %
En menos
de un año ha habido
tres aumentos de los costos
financieros. Como se trata
de un período tan
corto, es más veraz
acumular los aumentos sobre
la base inicial y por lo
tanto en menos de un año
los costos financieros se
han casi quintuplicado.
Sin
la menor información
previa, ni explicación
ni posibilidad de apelación.
Aclaro que se trata de tarjetas
y bancos provenientes de
economías muy estables,
casi sin inflación,
como es el caso de VISA
administrando fondos suecos.
La
igualdad de topes, que se
nos presenta como absoluta,
permite ver el grado de
monopolización alcanzado.
Y lo ridículo que
resulta toda la monserga
ideológica sobre
el mercado “libre”.
La competencia es desde
hace más de un siglo
la que queda entre dos quiosqueros
o dos o tres carniceros
de barrio. Lo demás
es monopolio u oligopolio,
que es lo mismo si lo miramos
desde abajo, desde el “particular”,
el consumidor, el asalariado.
Luis Sabini
Bs. As. 7/9-2007
Imagen: consumehastamorir.com