¿Medios
barriales o medios medios?
La situación
de los medios barriales
está siendo cuestionada.
Como notará el ávido
lector esta revista contiene
pauta publicitaria del Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires.
Para recibir dicha publicidad
hoy estamos amparados por
la ordenanza 52.360 que
no se logró hasta
el 2003 con la presión
de una serie de medios y
con la comprensión
de una gestión que
entendió que este
tipo de publicaciones podían
dar cierta voz a los barrios.
Dicha
ordenanza tiene una inscripción
anual y una serie de requisitos
básicos que al cumplirse
le ponen al medio un aviso
con una tarifa que difiere
según el soporte
(gráfico, digital,
radial). En el Registro
del 2006 entramos 90 medios
de diferentes soportes.
Un pequeño grupo
de colegas hizo una presentación
en la Legislatura porteña
a través de algunos
legisladores con un proyecto
de ley que revocaría
la ordenanza vigente. El
cambio mayor implica que
el gobierno pondría
una especie de censores
con decisiones irrevocables
que controlarían
la calidad objetiva y subjetiva
de los medios para definir
el costo del aviso. El argumento
básico es que no
es justo que todos (por
soporte) cobremos lo mismo.
Pero la
figura de censores hizo
que a muchos colegas con
ideas más libertarias
se nos erizara la piel y
a través de la Red
de Medios Barriales logramos
bajar dicha propuesta de
ley gracias a la grandeza
del diputado Elvio Vitali
que -cosa para nada común-
retiró su firma.
Y bien,
ahora están preparando
una nueva ley. El semanario
Noticias Urbanas
brinda páginas centrales
al tema entrevistando a
Vitali, al diputado Álvaro
González y principalmente
a Horacio Spaletti, editor
barrial, presidente de la
cooperativa que había
hecho la primera propuesta
orweliana. En el copete
de la nota titulada “Medios
barriales en la cornisa”
dice entre otras cosas que
“cualquier pliegue
en ocho con dos fotos pegadas
y letritas en esperanto
son consideradas periodismo”.
Eso -aparte de ser una gran
mentira porque requiere
del castellano y la temática
barrial para ser considerado
periodismo barrial- es una
postura peligrosa para comenzar
a discutir. La realidad
es que no podemos comenzar
la discusión sobre
el periodismo barrial intentando
imponer el control estatal
de esta prensa y serruchando
a los medios más
chicos, sino todo lo contrario:
debería comenzar
compensando a los mejores
medios para que el periodismo
barrial mejores. En todo
caso, si llegara a haber
distinciones lo más
importante es que sean objetivas.
Permitir que el gobierno
juzgue calidades es jugar
con fuego, porque puede
premiar a la condescendencia
y el amiguismo y no la independencia
y la alternatividad.
Rafael Sabini
[email protected]
Revista El Abasto,
n° 82, noviembre 2006.