El
hilo se corta por lo más
fino
Pablo, anunciante
y lector, me comentó
que venía sufriendo
subas muy grandes en sus
alquileres y me preguntó
por qué no le dedicábamos
un número al tema.
Lo propuse al equipo y prendió,
porque de una u otra manera
todos nos vemos afectados.
Pero cerrarlo con únicamente
el problema de los alquileres
nos pareció un tanto
reducido dado que la inflación
nos pega diariamente a todos,
propietarios o inquilinos;
empresarios o empleados.
Uno va al supermercado y
llenar un chango cuesta
tres veces más que
hace un par de años.
Sin embargo, los ingresos
de la mayoría de
la gente no se han triplicado
a la par. Ni los ingresos
de los jubilados, ni de
los empleados, ni de los
cuentapropistas, y ni siquiera
han triplicado sus precios
la mayoría de las
pymes. En nuestro caso los
precios de los avisos no
se triplicaron y esto a
pesar de que la calidad
de la revista se ha elevado,
con lo cual debería
ser un medio más
costoso. La conclusión
de esto es que, luego de
un ajuste brutal con la
crisis que culminó
con el caos del 2001-2002
donde la gran mayoría
de los mortales tuvimos
que achicar nuestros gastos,
aún no hemos llegado
ni siquiera a acercarnos
a épocas anteriores.
Por lo tanto, aunque ya
no se hable de riesgo país,
el gobierno debería
reconocer que seguimos en
crisis. Y si no, me pregunto
por qué no dejan
de guardar dólares
en las arcas del Banco Central
y en su lugar comienzan
con algún tipo de
reparto.
El
estado mantiene algunas
cosas con subsidios estatales,
como los combustibles, lo
que permite ponerle cierto
freno a la inflación.
Intentó obligar a
bajar precios de una manera
digamos autoritaria y no
dio resultado. Subsidios
o incentivos son los que
hacen que la cosa fluya
mejor, eso se ve en otros
países. Por otro
lado con el problema habitacional
no hay ningún tipo
de intervención estatal
-ni del Gobierno de la Ciudad-
seria y eso que estamos
hablando de un derecho humano
básico. Tal vez ésta
sea la razón por
la que un número
sobre inflación haga
tanto hincapié en
el problema habitacional
y puntualmente en el despropósito
de los precios de los alquileres.
La gravedad
del problema se nota a diario.
Por ejemplo, acaban de desalojar
de tierras del CEAMSE a
habitantes de una villa
muy precaria en el partido
de San Martín. El
programa “Argentinos
por su Nombre” de
Andy Kusnetzoff mostró
el método: brutal,
al mejor estilo Santa Cruz.
Rafael Sabini
[email protected]
Revista El Abasto, n°
87, mayo, 2007.